"...así sean diez minutos, dos años o treinta años"

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Narras tú

–¡Huxley!– salí corriendo y cuando llegué al patio, Oisin saltó a la piscina y el pequeño se afirmó de él para dejar de hundirse.

Corrí hacia la piscina y me lancé al agua para tomar a Huxley, quien estaba llorando, y lo senté sobre mis hombros. Se aferró a mí y con cuidado fui a la orilla, se lo entregué a Chris y abrazaron a su hijo intentando tranquilizarlo.

Tomé a Oisin para ayudarlo a salir y nadé a la escalera para salir de la piscina.

–Llamaré a...– tomé un respiro ya que estaba muy agitada –Llamaré a alguien para que ponga una protección de inmediato...perdóname– Melissa me miró.

–No te preocupes, está bien y eso es lo que importa– le sonreí y miré a mis hijos.

–Pequeños...– me agaché –Muchas gracias por avisarnos que Huxley estaba en problemas, son unos héroes– sonrieron –¡Ahora vengan a darme un abrazo!– corrieron ya que estaba toda mojada, pero los alcancé y levanté mientras intentaban escaparse.

–¡Mami Katie! ¡Ayuda!– me reí.

–Mami Katie no puede ayudarlos– miraron a su madre con un puchero.

–¿Ya no nos ama?– reí.

–Es que no puede correr, está viejita– me lanzó la manzana que se estaba comiendo y al esquivarla, esta le dio en la cabeza a Conan.

–¡Perdón!– el pequeño comenzó a llorar y dejé a Harry en el piso para abrazar a Conan mientras miraba molesta a Katie.

–¡Oye!– se acercó caminando lentamente, con las muletas, para tomar al pequeño y este escondió su rostro en el cuello de mi esposa mientras ella le pedía perdón y le acariciaba la cabeza.

–Es tu culpa, lo usaste de escudo humano– dijo Melissa y reí negando.

–Ella tiró la manzana, yo solo la esquivé– nos reímos y el pequeño dejó de llorar.

–Dile a mami que sus pasteles de carne te van a hacer sentir mejor– le susurré y Katie rió.

–Mami...– la miró con los ojitos aún llorosos –¿Pasteles de carne para mí?– ella sonrió asintiendo.

–Los que quieras– el pequeño sonrió.

–¿Para mami también?– suspiró mirándome de reojo ante la petición de su hijo.

–Sí, para mami también– sonreí.

–¿Vamos a cambiarnos ropa?– dije mirando a ambos y asintieron, así que miré a Melissa –Ponle ropa de los niños, y de paso vemos la casa para después llevarte a la tuya– sonrió.

–Aún no llegan mis cosas, Katie me dijo que puedo dormir aquí hoy– asentí.

–La casa de Oisin está disponible, él duerme en el sofá– se rieron y entramos en casa.



———



–Nunca dejas de sorprenderme– dijo Melissa al ver la habitación y se rió –Ahora entiendo por qué la dejaste en silla de ruedas– sonreí.

–Lo mejor es que está insonorizada, entonces podemos gemir alto– se rió mientras recorría la habitación.

–¿Cómo...para qué es esto?– me mostró el aparato que daba electricidad y lo tomé.

–Para esto– lo puse en su vientre y lo activé.

–¡Auch! ¡Oye!– me golpeó y reí alejándome.

Lugar de paz -KATIE MCGRATH Y TÚ-Where stories live. Discover now