A por el equipo de fútbol

3.9K 379 353
                                    


9...

Narras tú

Se afirmó con delicadeza de mis caderas para embestir lentamente. Gemí ante la placentera sensación, pero a la vez me quejé por su lentitud.

–Mi amor...– embistió con fuerza.

–No tienes permiso para hablar– sonreí y mordí mi labio.

–No sé qué quieres que haga entonces, porque me estoy aburriendo y me está dando sue...– cambió de agujero repentinamente y mis piernas fallaron cuando presionó para entrar.

–Cállate– sonreí.

–No quie...– mordí fuerte mi labio cuando comenzó a empujar.

–¿Por qué no me obedeces? ¿Acaso quieres un castigo?– negué mintiéndole –A mí me parece que sí...así que recibirás un castigo...pero no uno que te guste– susurró en mi oído.

–Katie...– salió de mí.

–Te quedas sin sexo– fruncí mi ceño girándome para verla.

–¿Qué?– su rostro estaba serio.

–Si no vas a obedecerme, entonces no hay sexo– intenté bajar mis manos y no pude.

–No puedes hacerme esto– dije comenzando a enojarme y ella sonrió.

–No agrada que no hagan lo que quieres, ¿Cierto?– dijo riendo mientras se acercaba a mí.

–Te odio– dije sonriendo y se paró frente a mí.

–Si tú me obedeces...– acarició mi abdomen y cuello –Yo te dejo sin caminar— asentí.

–Trato hecho– sonrió y me besó.

–Pero debes obedecerme– volví a asentir.

–Te obedeceré,m– me tomó del cuello para besarme y mordió mi labio, nos miramos a los ojos y se alejó lentamente. Me giró para que le diera la espalda y pasó sus dedos por mi piel, luego empujó para introducir el dildo en mí y gemí.

–No hagas ruido– mordí mi labio y ella llevó su mano hasta mis pliegues para masajearlos. La humedad era demasiada, así que sus dedos se resbalaron perfectamente.

Los movimientos de Katie fueron rápidos y me hizo tener un orgasmo a los pocos minutos. Como mi cuerpo no estaba totalmente preparado, el orgasmo fue intenso y mis músculos dolieron un poco.

–Espero que lo hayas disfrutado, porque estarás un largo rato sin tener otro– me quejé y subió sus manos a mis pechos para apretarlos con delicadeza –Te ves tan sexy así, tan vulnerable para mí– apretó mis pezones y sentí sus besos en mi cuello.

Pasó su lengua y luego se fue a mi hombro para besarlo y morderlo. La sentí alejándose y luego se paró frente a mí, en sus manos tenía las pinzas y las puso en mis duros pezones. Sonreí y me dio un pequeño toque de electricidad.

–¡Ah!– cerré mi boca de inmediato cuando levantó su ceja.

–Si emites un solo sonido...– tomó otra pinza, una que tenía una superficie que se veía más suave –Te haré mía toda la noche, pero sin un solo orgasmo– acercó la pinza a mi entrepierna y mordí mi labio para no gemir –Ábrelas– lo hice y las puso sobre ambos labios –Ni un solo sonido, ¿De acuerdo?– asentí y le subió la potencia.

Mis piernas fallaron y solo la cadena evitó que me cayera. Intenté con todas mis fuerzas no hacer ruido pero fue imposible.

–¡Aah! ¡Katie!– lo detuvo –Espera, es demasiado...tú tampoco lo resistirí...¡Aaaaah! ¡Se siente muy bien– cerré mis ojos y lo paró nuevamente –Katie...– tomó mi mentón y volví a apoyar mis pies.

Lugar de paz -KATIE MCGRATH Y TÚ-Where stories live. Discover now