Tengo un presentimiento

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Narra Lyra

-FLASHBACK-

–¡Hola!– levanté mi vista y vi a una chica muy hermosa a mi lado, me sonrojé de inmediato y quité mi vista de sus labios.

–Hola...– se sentó junto a mí para acariciar al conejo que estaba en mis piernas.

–Soy Ailen– sonreí.

–Un gusto, soy Lyra– me sonrió de vuelta.

–Te ves triste– mordí mi labio y suspiré.

–Lo estoy– dije mirando al conejo –No quiero, pero es algo que no puedo controlar– dije recordando todo lo ocurrido.

–¿Problemas amorosos?– asentí –Oh...lo siento– quité mi vista de ella.

–No sé cómo olvidarme del dolor...creí que venir aquí me despejaría...pero vine aquí con ella hace un tiempo y no puedo dejar de pensar en lo mucho que me gustaría estar aquí juntas– acaricié al animal que descansaba sobre mis piernas.

–¿Terminó contigo?– negué.

–Me engañó– susurré.

–Oh...sé cómo se siente eso, lamento mucho que hayas tenido que pasar por eso– la miré –Con el tiempo te sientes mejor, tarda en sanar pero la herida no se queda para siempre– sonreí.

–Eso espero– miró mis labios un momento y me sonrojé.

–¿Quieres...–.

–¡Lyra Lyra Lyra Lyra Lyra!– reí escuchando a mis hermanitos y se abalanzaron sobre mí.

–¿Comer helado?– preguntó Chewie.

–Sí, por favor– ambos me sonrieron.

–¿Pedirle a mami?– levanté mis cejas.

–¿Quieren que yo le pida a mami que los deje comer helado?– asintieron.

–¡Siiii!– sonreí.

–Pero mami nunca les dice que no– hicieron un puchero.

Po favo– dijo Conan y reí.

–Okay okay– me levanté y tomé sus manos –Te veo luego– Ailen me sonrió y fui con mis hermanitos a la casa.

Cuando entré, vi que mami Katie tenía a mami sentada sobre la mesa del comedor y se estaban besando muy apasionadamente. Cerré la puerta con fuerza para que supieran que llegamos y escuché que mami se cayó.

Fui al comedor con mis hermanitos y nos reímos cuando la vimos en el piso.



———



–¿Te gustan?– me sobresalté y dejé caer la galleta que mami Katie había hecho. Ailen se rió y la miré mal –Perdón, luego te lo compenso– sonreí.

–Sí, me gustan bastante– dije volviendo mi vista a los caballos.

–¿Sabes montar?...a caballo– reí ante su aclaración.

–No sé montar...no a caballo– nos reímos.

–¿Quieres que te enseñe?– sonreí asintiendo de inmediato.

–Por favor– se relamió los labios y me miró.

–¿Cómo me pagarás?– preguntó de forma seductora y me sonrojé.

Lugar de paz -KATIE MCGRATH Y TÚ-Where stories live. Discover now