Capítulo 3

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Puede que su vida se haya quedado en pausa. Puede que, desde hace unos días, no sepa ni hacia dónde se dirigen sus pasos. Sin embargo, parece que ha encontrado un ápice de paz entre las caricias de Alba mientras ven esa película a la que apenas están prestando atención. Además, Tulipán se ha acomodado en su regazo y su calor la reconforta levemente.

Es curioso cómo a pesar de que el gato vive desde hace ya varios años con sus padres, estos siempre recalcan que el inquieto animal solo se queda tranquilo con Luna.

Egoístamente se quedaría a vivir en ese instante en el que lo mundano le hace olvidar los verdaderos problemas. En el que falsamente, su preocupación se centra únicamente en que el final de la película sea feliz. Pero Alba ha escogido una comedia, así que tiene la garantía de que el drama no será mayor que su realidad.

Una realidad de la que logra escaparse entre caricia y caricia hasta que es el sonido de la cerradura la que las sobresalta.

- Perdón- se disculpa Álvaro cuando ve que sus hermanas saltan sobre sí mismas en el sofá provocando que Tulipán se resguarde bajo un cojín- No quería asustaros- señala recordando que, desde hace días, Luna se sobresalta con casi cualquier cosa, aunque no la culpa- Ya me pasé por tu piso- añade justo antes de dejar un beso sobre la cabeza de cada una y situarse de cuclillas frente a Luna.

Su hermana lleva días instalada de nuevo en casa de sus padres. Es raro volver a compartir baño con ella, pero lo es mucho más no ver la vitalidad que siempre le ha caracterizado.

Además, no deja de parecerle extraño ese cambio de rol que se ha visto forzado a adoptar últimamente. Ahora, con 25 años, es capaz de darse cuenta de que Luna siempre ha asumido el papel de hermana mayor de todos. Por eso, le resulta incluso más inquietante el hecho de ser él quien se ve obligado a tirar de ella.

- Te he traído algo más de ropa, aunque no sé si era lo que querías, ni si pega- explica intentando poner algo de humor y dibujar una sonrisa en Luna que solo se llega a vislumbrar en el rostro de Alba al ver las intenciones de su hermano- También te he traído la carpeta que me pediste- explica dándose por vencido- O eso creo- admite con duda rascando su barbilla- Porque estas tres me parecían azules- señala mostrándole tres carpetas en las que efectivamente los tonos azules predominan.

Pero la mirada de Luna no puede despegarse de una de ellas, una que tiene una estampa que la hace viajar exactamente a mil doscientos setenta y siete kilómetros.

Una mezcla de ilusión y miedo se instalan en el estómago de Luna. No era lo que tenía planeado, pero era imposible renunciar a algo así.

Por sugerencia de la directora del máster que acabó hace unos meses compaginándolo con una media jornada en "Bruixa", presentó su proyecto de fin de máster a una beca de prácticas en París.

No pensaba que su nombre fuera a estar entre los seleccionados, así que no pudo más que sorprenderse cuando recibió una llamada que la invitaba a irse a París para trabajar en uno de los ateliers más prestigiosos a nivel mundial de la ciudad.

Durante unos días, no compartió la noticia con nadie. Aún tenía que procesar que alguien le estaba ofreciendo una oportunidad más increíble de lo que se había atrevido a soñar nunca. París, la ciudad de la moda.

Pero eso implicaba dejar Madrid y toda su vida tal y como la conocía.

Poco más de dos meses después, ahí está, disfrutando del que ya es su quinto amanecer en la ciudad del amor. Agradece despertar al lado de Martín, que ha pospuesto sus vacaciones a esa semana para poder echarle una mano con la mudanza y compartir unos días juntos.

Más allá de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora