Capítulo 31

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La noticia de que la presentación de su primera colección sin la sombra de Aitana al lado fuese en la Madrid Fashion Week en un primer momento relajó a Luna. Por suerte, es un evento en el que la marca es asidua participante y en el que pensó que no sentiría tanta presión.

Al fin y al cabo es toda una semana cargada de novedades en el mundo de la moda, en la que no solo cobran protagonismo los diseñadores y sus creaciones, sino también la cantidad de famosos que se reúnen. Era entonces el evento perfecto para que el foco que había sobre ella no la cegara dejándola completamente aturdida.

Sin embargo, ahora que está a punto de pasar al photocall no está tan segura de que los focos se hayan repartido. Juraría que hay más prensa que en otras ocasiones, o quizá siempre se ha podido resguardar en la cómoda retaguardia de Aitana.

- Vamos, Lu- le apremia Emma- Si algo te incomoda, me avisas y corto rápido- le recuerda, porque, como siempre, va a estar ahí a su lado.

Luna asiente levemente tratando de respirar profundo antes de avanzar hacia donde Emma le señala. Emma es su amiga desde siempre y está orgullosa de poder estar dando estos pasos tan importantes juntas como siempre.

Sus pasos titubean apenas un par de metros y agradece haber tomado la decisión de no subirse a unos altos stilettos sustituyéndolos por unos zapatos de tacón bajo. Y a pesar de las dudas, miedos y complejos que ha tenido las últimas semanas, siente verdaderamente que ese vestido negro de corte midi que perfila su silueta es su segunda piel, esa armadura que la hace posar orgullosa ante las cámaras.

De Aitana ha aprendido muchas más cosas de la profesión de las que cualquiera puede imaginar. Pero si algo resaltaría Luna, son las tablas que su suegra le ha dado con su ejemplo a la hora de comportarse en los eventos, con los medios y con esas preguntas farragosas que solo buscan enredar en su vida privada.

Así que, cuando una periodista se interesa por su visible embarazo, Luna fuerza una sonrisa y responde todo lo que se espera de ella. Que es una etapa maravillosa, un sueño cumplido y el motor de su vida, quién sabe si la inspiración de futuras colecciones.

No miente, pero si oculta esa cara de la moneda que la puede herir en las manos incorrectas. No cuenta que ni por asomo es como había imaginado muchas veces, tampoco menciona que tuvo pavor de enfrentarse a todo eso sola y ni mucho menos que, durante lo que le parecen demasiados días, deseó que ese sueño no se hubiera cumplido.

No sabe si algún día tendrá la fuerza suficiente para sincerarse con su hija, pero tiene claro que una periodista cargada de curiosidad no merece esa llave de su intimidad. Como tampoco comparte el nombre de la pequeña, a la que quiere salvaguardar en el anonimato, al menos tanto tiempo como pueda como hizo Aitana con Martín y Lía.

Aún a día de hoy ese instinto protector está en Aitana pues, a pesar de que decidió no pasar por el photocall para ceder el protagonismo a Luna, son varias las veces que la paran en su intento por acomodarse en los asientos que Emma había dejado reservados y tantas veces como les paran, Aitana lucha con disimulo por desviar el foco de sus hijos.

- Estás más nervioso tú que ella- señala Lía al acomodarse mientras su madre aún parece atender a algún medio.

- Es que quizá debería estar en el backstage con ella- insiste Martín sin dejar de mover las piernas.

No son pocas las veces que ha visto esta situación desde fuera cuando la diseñadora de las colecciones era su madre y en todas y cada una de las ocasiones, su padre solía colarse en el backstage para dotarla de confianza para volver a su asiento justo antes de que todo comenzara. Siente que en cierto modo la está decepcionando y no le gusta no poder vivir a su lado uno de los momentos más importantes de su vida. Ha crecido a su lado y ojalá haya sabido hacerle ver lo orgulloso que está de ella cuando se han despedido a la llegada al recinto.

Más allá de la LunaWhere stories live. Discover now