Capítulo 54

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Luna suspira con alivio cuando finalmente consigue encajar la llave en la cerradura después de que le haya caído un par de veces en el felpudo. A pesar de que lo intenta, la puerta se cierra con más fuerza de la que pretendía, porque de repente oye pasos por el pasillo.

- Menudo susto. Son las 4 de la mañana, Luna - murmura Martín algo enfadado al mismo tiempo que desconcertado. Pues después de la despedida de Mar, Luna iba a quedarse a dormir en casa de Emma, mientras que él se quedaba a dormir en casa con Estela.

La sonrisa fruto del alcohol y de la visión con el pelo revuelto y recién levantado de Martín, se transforma en un gesto de culpa. Sus tacones cuelgan de su mano y sus pies se pisan el uno al otro mientras se muerde el labio.

- Ya, es que...- empieza a decir buscando una buena excusa, pero su cabeza va mucho más despacio de lo que le gustaría- ¿Puedes abrazarme un momento?- pide en un gesto casi infantil.

- Estoy enfadado- asegura Martín intentando mantenerse serio sin moverse del sitio con los brazos cruzados- ¿Has andado descalza por la calle?- pregunta escandalizado señalando los tacones.

- Lo siento- balbucea bajando la mirada, como si volviera a tener 15 años y en vez de a Martín tuviera delante a su padre- No- se apresura a corregirse- me los he quitado en el ascensor para no hacer ruido.

- No te ha salido muy bien- ironiza.

- Perdón, no tenía que haber... Es que en la discoteca...- empieza a decir buscando las palabras que parecen ordenarse con dificultad en su cabeza- Tenía que haber esperado e irme a casa de Emma- susurra finalmente antes de darse la vuelta- Perdón, no.

- No te vas a ir ahora y menos así- se interpone Martín entre Luna y la puerta interrumpiéndola.

Los reflejos de Luna están algo aletargados y tarda un par de segundos en alzar la mirada y parpadear.

- Ya, no tenía que haber bebido tanto- admite.

Cuando sus miradas se cruzan, Martín ve que los ojos de Luna se han empañado justo antes de empezar a hablar más rápido

- Porque encima si me emborracho, me agobio y en la discoteca con toda la gente tocándote y ...

- Ven, anda- abre los brazos para acogerla entre ellos como segundos antes le ha pedido. Además, no puede evitar que por su mente sobrevuele demasiado rápido la versión más destrozada de Luna de hace unos años- ¿Todo bien?

- Ahora mejor- murmura acomodada en su pecho inspirando su olor como si ese simple gesto sanara.

Martín enreda su mano en la melena planchada de Luna mientras deja un beso en su cabeza al tiempo que su respiración se relaja junto a la de él. Y suspira maldiciendo internamente cuando oye los sollozos de su hija de fondo.

- Siéntate, y ahora te hago un café cuando la duerma- le indica separándose de ella.

Martín desaparece por el pasillo, pero Luna no obedece y sigue sus pasos hasta la habitación de Estela, que afortunadamente recupera el sueño bastante rápido. Luna aprovecha que Martín va a devolverla a la cuna para dejar un beso en su frente.

- Vamos al baño- susurra Martín dirigiéndose a Luna que se había quedado embobada mirándole.

Luna sigue con la mirada cada movimiento de Martín apoyada en la pared del baño.

- ¿Qué?- pregunta Martín al alzar la mirada y encontrarse con la de Luna sobre él, "obligándole" con ese gesto a esbozar una sonrisa gemela de la de ella- Quítate las lentillas, anda- indica señalando el lentillero que ha abierto- En el otro- señala aguantándose la risa cuando Luna va a dejar la lentilla en hueco equivocado.

Más allá de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora