Feliz Navidad

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Llevan unos días a sus espaldas caóticos y hoy no podría ser menos, pues parece que la nueva norma en su rutina son las cosas inesperadas. Quizá por lo habituados que parecen sus hijos a los cambios últimamente, solamente a Estela le ha llamado la atención que hoy solo fuera Martín a buscarles al colegio, más cuando les habían prometido tras retrasarlo en un par de ocasiones que a la salida del colegio decorarían la casa de Navidad.

Pero la promesa no ha caducado y eso se ha encargado de señalar Martín a los pequeños mientras intenta avanzar en los quehaceres habituales como meriendas y baño. Justo cuando parece que tiene todo bajo control, mientras termina de cambiar a Lucas, un imprevisto más.

- Papá, Vega ha abierto la caja de los adornos- llama la atención a su espalda la voz de Estela.

- ¡Vega, hay que esperar a mamá!- recuerda elevando el tono de voz esperando que sea suficiente para frenar la curiosidad infinita de su hija. Podría, pero lo cierto es que tampoco es capaz de ser más severo con ella en estos momentos y menos después de los días tan complicados que han pasado todos, pero sobre todo Vega- Estela, porfa, dile que lo guarde mientras termino con tu hermano- pide desesperadamente a la mayor.

Es la carcajada de Lucas la que lleva su atención de nuevo hacia el pequeño de sus hijos. Adora a sus hijos, pero admite que los tres juntos últimamente están resultando una bomba de relojería.

-Tú no te rías tanto, que a este ritmo me vais a matar entre los tres- explica dejando un reguero de cosquillas por su tripa antes de terminar de abrochar el pijama-Ya estás listo, bichillo, vamos a ver qué han liado tus hermanas...- vaticina caminando hacia el salón con él en brazos.

Cuando llegan al comedor, Lucas ya se ha escapado de sus brazos dispuesto a corretear entre los juegos de sus hermanas.

-¿A que estoy guapa?- cuestiona Vega girando sobre sí misma al ver aparecer a su padre mientras Estela la observa con los brazos cruzados sentada en el sofá.

Martín quiere enfadarse, sabe que debería enfadarse con su hija por no obedecerle. Pero solo le sale una tierna sonrisa al ver el diminuto cuerpo de Vega, pese a sus ya 6 años, envuelto en espumillón. Más aún después del susto que se llevaron hace apenas unos días que les llevó directos al hospital.

- Preciosa, cariño, pero no saques más cosas que sino mamá se va a poner triste al ver que no la hemos esperado- insiste.

El imprevisto del ingreso de Vega ha atrasado el decorar la casa más de una semana, así que han quedado entre todos que de hoy no pasa. Se lo han prometido y entiende su impaciencia, a él siempre le ha fascinado la magia de esos días pero un contratiempo en el atelier ha provocado que hoy Luna vuelva a casa un poco más tarde de su horario habitual.

- ¿Vemos una película de Navidad mientras llega mami?- propone a sus hijos.

Los pequeños saltan de emoción ante ese improvisado plan mientras Estela se abalanza a por el mando para explorar el catálogo de películas navideñas.

- Yo quiero Frozen- pide Vega cediendo una tira de espumillón a su hermano que se lo coloca como bufanda, haciendo resoplar a Martín por la cantidad de purpurina que está quedando en su sofá y en el cuerpo recién duchado de sus hijos.

- Frozen no es de Navidad- replica Estela.

- A mí me gusta fosen- apunta Lucas sonriendo a su hermana.

- A mí también- le da la razón Estela- pero que tenga nieve no significa que sea de Navidad, hay en sitios que la Navidad es en verano, ¿a que sí, papá?- expone buscando la aprobación de su padre.

- Sí, eso es cierto- le da la razón provocando que el ceño de sus dos hijos pequeños se frunza ligeramente- Tengo una idea. ¿Sabéis quién es el Grinch?- cuestiona sabiendo la respuesta, pues todos sus hijos niegan con la cabeza como respuesta- A la tita Lía y a mi nos encantaba ver su película, ¿queréis verla?- propone escogiendo así él la película y evitando discusiones.

Más allá de la LunaWhere stories live. Discover now