Capítulo 56

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Muchas veces se dice que hay que tener cuidado con lo que se desea. Y es en días como hoy en los que Luna piensa si cobra sentido esa frase. Le cuesta creer que algo por lo que has luchado, peleado y soñado pueda volverse en tu contra, sin embargo, aunque protagonizar grandes desfiles fue su meta "inalcanzable" el estrés que lo rodea no lo ansío nunca. Siempre se ha encontrado mucho más cómoda entre retales y bocetos, pero no puede negar que la adrenalina previa a la opinión del público es un placer culpable al que ya no sabe si podría renunciar.

- ¿Cómo estás?- se interesa Aitana apresurándose a refugiar a Luna entre sus brazos sin pedir permiso.

Conoce perfectamente cada una de las sensaciones que deben estar atravesando el, pese a sus complejos tras el embarazo, menudo cuerpo de Luna. Ha estado en su lugar infinidad de veces. Sabe lo que es sentir esa certeza de saber que el trabajo está bien hecho, pero la incertidumbre de cuan aceptado será. Siendo el foco de atención y a la vez la actriz secundaria de la película que supone cualquier desfile, porque el papel protagonista lo ocupa la moda. Sintiéndose tan sola y acompañada a la vez porque, a pesar de la cantidad de gente que revolotea a tu alrededor, Aitana sabe que en esos momentos previos solo echas de menos una mano que te lleve al hogar. Para ella siempre fue Luis, aunque durante mucho tiempo fue Martín el que le daba esa paz a pesar de ser únicamente un bebé, un bebé que posiblemente no debería estar en el backstage de un desfile, pero que lo estaba.

- Un poco nerviosa- admite con la voz quebrada por la sequedad que producen los nervios en su boca.

- Es normal, cariño- la tranquiliza dejando una caricia- ¿Me necesitas por aquí?- se ofrece.

- Emma y Leo están a tope con todo, aprovecha y disfruta ahora que puedes-le asegura.

A pesar de que siente hay mil cosas que se le escapan, objetivamente todo está yendo según lo planeado

- ¿Sabes si ya han llegado todos?- cuestiona pues apenas ha podido saludar con rapidez a sus padres y hermanos cuando han llegado.

- Voy a llamar a Laia porque solo falta ella y los niños y, bueno, Martín- admite con cierta culpa- Quizá hubiera sido mejor que nos quedásemos con Estela cualquiera de nosotros- insiste pese a haberse ofrecido cuando se enteró que su hijo no acudiría al desfile por cuidar a Estela.

- Nos necesita a nosotros- se mantiene firme Luna en su decisión, aunque una parte de sí misma le grite que cualquier ausencia pesaría menos que la de Martín.

- Bueno, cielo, pues os dejo trabajar y cualquier cosa mandas a alguien a que me busquen. Y recuerda que no tienes nada que demostrar- se ofrece de nuevo antes de despedirse al ver que ya son varias personas las que buscan la atención de Luna.

Tan pronto como Aitana se aleja, Luna se ve rodeada por varias personas que buscan su aprobación, luces, diseños, música... Incluso a veces le cuesta seguir el hilo de lo que le están preguntando en ese momento. Comprueba la hora agobiada. 5 minutos. En 5 minutos ya habrá pasado todo a pesar de lo rápido y tortuosamente lento que parece pasar el tiempo. De pronto, todo para. Parecen detenerlo unos brazos que rodean con cuidado su cintura desde su espalda y un aroma que la hace sentir en casa. Un aroma que no sabe si está soñando. Solo se da cuenta que es real cuando escucha su voz.

- Respira, anda, que todo está bien- murmura Martín sobre su coronilla tras dejar un cálido beso- y no te preocupes que Estela también está bien. Se ha quedado Laia con ella justo el tiempo que dura el desfile. A cambio he traído a Marco y Siena porque Siena nos mataba si se perdía el desfile, aunque yo creo que prefiere ver a Leo que a tus diseños, no te ofendas- bromea provocando la risa de Luna.

Más allá de la LunaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt