☾Capítulo 23☽

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—¡Bi! —oigo que me llama Dulce mientras golpea la puerta de mi habitación.

Abro los ojos y veo mi reloj de mesa, son las 09:06 am del sábado y escucho un extraño ruido de fondo, entonces noto que está lloviendo.

—¡Bi ayúdame! —oigo que mi hermana grita del otro lado y entonces me levanto somnolienta de la cama y abro la puerta para ver a Dulce corriendo en pijama y descalza con las manos manchadas con pintura.

Dulce corre y se esconde detrás de mí y veo que viene por el pasillo Manu, mi hermana mayor, también en pijama y buscando a Dulce. Me ve parada en la puerta y entonces noto que ella también tiene las manos con pintura morada, sin embargo, tu rostro tiene una mancha de pintura azul que coincide con el tamaño de la manito de Dulce.

—¿Dónde se metió esta sinvergüenza? —pregunta mi hermana mayor entre risas fingiendo que no ve a Dulce quien está parada detrás de mí.

Yo me encojo de hombros siguiéndole la corriente a mi hermanita.

—Se fue en un avión —digo siguiéndole la corriente mientras oigo su risita de fondo.

Manu me hace señas para que guarde silencio y yo río. En un segundo veo que Manu se gira y corre alrededor mío encontrando a Dulce con los ojos cerrados fingiendo que es invisible.

Dulce se carcajea cuando Manu la atrapa y yo río cuando ambas complotan en mi contra y pintan mi rostro con pinturas.

—¡Traidora! —le digo a Dulce quien me enseña su sonrisa sin un diente y sus mejillas rosas ahora son violetas.

—Manu me obligó —se excusa la pequeña y yo río por lo bajo.

—No le creas Bi, ella fue la de plan —dice mi hermana mayor siguiéndole el cuento a la pequeña y yo niego con la cabeza limpiando mi cara.

—¿Papá y Ángeles ya se fueron? —inquiero mientras me pongo de pie ya que me habían tirado al piso para poder pintarme la cara.

—Ajá, iban a su tonto club de viejos aburridos —responde mi hermanita disgustada.

Manu observa a Dulce con pesar y yo la entiendo. Nunca están. Entre las terapias de pareja y sus tontas reuniones de clase media con personas que fingen tener un estatus social mejor que me parecen un aburrimiento monumental.

Luego de eso bajamos a desayunar y Manu hace panqueques con dulce de leche y leches con chocolate mientras desayunamos y escuchamos música.

—Salió el sol —dice Dulce mirando por la ventana de mi habitación.

Son las 14h y a las 17h tengo que salir rumbo al instituto para ir al autobús escolar que nos lleva a una hora de distancia, hacia la escuela de los Lobos.

—¿Quieres ir a jugar al jardín? —pregunta mi hermanita dejando de colorear el dibujo que me hizo.

Se gira y me observa con una sonrisa mientras yo dejo de observar mi libro de geografía y veo por la ventana.

El sol está fuerte, lo suficiente como para secar el suelo en menos de una hora, así que me hago un poco la difícil pero me derrite su sonrisa dispareja y sus cachetes tan dulces.

—Bien vamos, pero ponte tus botas de lluvia —le digo y la veo sonreír de oreja a oreja y correr a su habitación.

Yo también busco mis aburridas botas de lluvia y salgo al pasillo a esperarla, hasta que la veo venir con sus botas de lluvia amarillas. Las mías son negras lo cual le quita un poco de diversión al asunto.

Su color preferido es el amarillo, porque le encantan las margaritas y los girasoles.

Ella es genial.

Malas IntencionesWhere stories live. Discover now