☾Capítulo 32☽

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A Luz se le ocurrió ir conmigo a la fiesta a festejar que tenemos el proyecto de ciencias. Ganamos.

No me sorprende, yo soy muy buena ajustando tuercas a último momento.

Tengo el toque, con eso se nace. Me río de mi humildad y camino con Luz hacia la casa de Rocco, quien nos espera afuera con el auto de su papá. Dice que se lo pidió prestado porque está en un viaje de trabajo, aunque ya sé que se lo pidió prestado sin la parte de pedir.

Golpeo la puerta de la casa de Rocco entrando por la puerta principal, donde Luz me sigue observando la lujosa casa de mi sexy amigo y me sigue escaleras arriba.

—¿Esto no es allanamiento? —inquiere la morena y yo me río mientras sostengo sobre mi hombro la mochila en la que traigo la ropa que me voy a poner y Luz también tiene la suya propia.

—Tal vez —digo con diversión mientras me giro en la escalera a verla. Ella clava sus ojos marrones en mí y parece alarmada—. ¿Tienes miedo de ir a la cárcel? Yo ya estuve ahí y no es tan mala.

Luz frunce el ceño y pone cara de asombro mezclada con incredulidad. Yo me cruzo de brazos y la observo con una ceja levantada.

—Eres una mentirosa —me dice esperando que le confirme que es una mentira.

—No es mentira, así como les estuvo detenida por robar —una gruesa voz interrumpe la conversación y yo sonrío. Sin embargo, contrastando mi reacción, la de Luz es muy divertida. Parece que le acaban de contar algo feo, muy feo.

Me giro y lo veo al final de la escalera vestido con unos jeans azules y una remera suelta color vino. Con una mano se sostiene de la baranda mientras nos observa con seriedad contando la historia.

Es una buena historia.

—¿Robar? —inquiere Luz haciendo contacto visual por primera vez con Rocco, o al menos esta es la primera vez que él la nota a ella. El tono de voz de la morena es de mera curiosidad, y yo la entiendo, también estaría así.

—Ajá, se robó un jamón del super porque yo le aposté que si no lo hacía era una gallina.

Cuando cuenta la historia siento las mejillas escocer. Maldito Rocco y su tonta apuesta.

—¿Quién eres? ¿Marty McFly? —pregunta Luz con diversión por la historia,

Si, es emocionante decir que me atraparon robando un jamón cocido en el super. Nótese el sarcasmo por favor.

—No sé, tú dime —le digo a la morena reanudando el paso hasta llegar al lado del chico de ojos celestes más lindo del mundo. Cuando llego a su lado lo veo sonreirme con diversión, recordando esa patética escena—. Cotilla —digo por lo bajo cuando llego a su lado. El ojiazul se encoge de hombros con diversión.

—¿Y qué ocurrió? —pregunta Luz con curiosidad llegando también a nuestro lado.

Me giro a verla y sonrío de lado.

—Tuve que demostrar que había dejado un billete en la caja cuando pasé porque tenía la intención de pagar.

—Hizo trampa —me corta Rocco—. Dejó el billete en secreto como para que yo no lo vea la muy tramposa.

—Supéralo niño —le digo en burla palmeando su espalda.

—Me hiciste ir con los ojos maquillados al instituto —riñe él con una risa.

—Teníamos quince años Rocco, supéralo.

El castaño con porte de copia ultra mejorada de Di Caprio me sonríe y pone los ojos en blanco, para luego centrarse en la morena a nuestro lado, la cual observa la escena con diversión.

Malas IntencionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora