Capítulo 10. [Secuelas Del Pasado]

1K 130 11
                                    

CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS

ALGUNOS AÑOS ANTES:

Unos ojos marrones veían todo a su alrededor con suma curiosidad. El no saber que estaba sucediendo solo podía lograr que sintiera aquella gota de incertidumbre que siempre vivía con ella atraído como un imán. Respiró hondo cuando a lo lejos detectó la presencia de una persona que hasta ahora era desconocida, y a Hetera, la persona que se había encargado de darle una genuina ilusión de un futuro lejos de ese lugar que tanto daño le hacía.

—Deja de espiar—escuchó como alguien le decía con voz neutra. Afrodita entrecerró los ojos cerrando por completo la puerta de su habitación mientras sentía a Atenea alejarse de ella y sentarse en el extremo de la cama viéndola de manera divertida.

—Solo tenía curiosidad—dijo con desinterés mientras alternaba su mirada entre una Atenea divertida y la puerta.

—Es obvio que tenías curiosidad por saber con quién está hablando Hetera—Afrodita volteó a verla con una ceja levantada—. Supe que se han vuelto muy cercanas—dijo insinuante—, más de lo que deberían.

—Ella solo me está ayudando—contestó—. No hay segundas intenciones.

—Permíteme pensar lo contrario cuando la vi besándose contigo después de decirte muchas veces que te sacaría de aquí y darte una vida digna y que tú te mereces. Me pregunto qué tanto hace y qué tanto obtendrá de ti para hacer algo como aquello.

—Hetera me ha demostrado que puedo confiar en ella. Es la única persona que de verdad se preocupa por mi—Atenea levantó una ceja y Afrodita bajó la mirada—. Confío en ella, Atenea. Estoy segura que nos ayudará a salir de aquí cuando sea el momento.

—¿De verdad crees que ella tiene algún interés en ayudarme?—su pregunta fue directa y ambas se vieron—. Hetera no es mujer de actuar por nada a cambio. He visto cómo te mira, Afrodita. Ella te desea—murmuró haciendo que Afrodita la viera con sorpresa—. Solo que eres tan ingenua como para darte cuenta de lo que está haciendo contigo. Te seduce de la manera más atenta posible y ahí estás tú, a sus pies.

—Admito que mi relación con Hetera al principio no fue la mejor por nuestras diferencias, pero Hetera me ha demostrado que ha cambiado y que también está dispuesta a ayudarte y no solo a mi. Fue mi condición la última vez que hablamos—ella suspiró—. No pienso dejarte, Atenea. Eres mi mejor amiga. No podría irme nunca y te pido por favor que confíes en mí.

Atenea suspiró viéndola.

—Es mejor no vivir de ilusiones, Afrodita. Esa mujer no tiene interés alguno en ayudarme a mi. ¿Qué saca después de todo? ¡Ningún beneficio! Ella solo quiere que tú estés feliz con la idea para después decirte que no y que el golpe no sea tan fuerte. Te está endulzando la vida mientras se prepara para darte el golpe final. ¿Sabes cuánto dinero tendrían que pagar por mi para poder obtener mi libertad antes de cumplir la mayoría de edad?—ambas se vieron con intensidad y Atenea suspiró sabiendo la respuesta. Una cantidad sumamente considerable de dólares—. Mucho dinero, Afrodita. Dinero que posiblemente ella no tenga o no tenga de dónde sacarlo. Además que Hetera te gusta como mujer después de todo.

Afrodita abrió los ojos con sorpresa y Atenea sonrió mientras suspiraba.

—No hace falta que me digas nada—continuó hablando—. Confieso que al principio creía que era algo unilateral pero tú le correspondes—Afrodita bajó la mirada sintiendo vergüenza por lo que Atenea pudo haber visto días atrás—. Ella te besa y tú no lo esquivas como lo hacías antes. Te gusta esa mujer—no fue una pregunta, fue una afirmación a la cual Afrodita no se negó—, y solo por el simple hecho que te guste ya estás aceptando esas condiciones.

[ [ ꪶíꪀꫀꪖડ ρꪖ𝕣ꪖꪶꫀꪶꪖડ ] | | 𝐁𝐚𝐫𝐛𝐚𝐫𝐞𝐧𝐚 AUWhere stories live. Discover now