XVIII.

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El hombre, de brazos cruzados, observaba a su ahijado entrenando en aquella habitación. Sus ojos se ocultaban tras unos lentes de sol.

- ¿Como está de lo de ayer?- preguntó Pepper a su lado.

Ambos miraban al chico tras un ventanal.

La mujer tenia miedo que Naruto se sintiera culpable por la vida perdida en el incendio de ayer.

- No ha dicho nada, y seguramente, no lo haga- respondió Tony.

Uzumaki Naruto era el tipo de persona que se guardaba las cosas para si mismo. Ocultaba su tristeza y aquellos sentimientos negativos. ¿Para no preocupar a sus seres queridos? Nadie lo sabia.

- Pero... estará bien- reveló Tony sin quitar su vista de su ahijado- Una frase que lo define a Naruto es el jamás rendirse. No importa cuantas veces caiga, seguirá levantándose más fuerte que antes-

Pepper se asombró ligeramente ante aquello, para luego poner una sonrisa en su rostro. La mirada que le daba Tony a Naruto, era como la de un padre orgulloso de su hijo.

Ambos volvieron a prestar atención al chico en la sala de entrenamiento. Solo se veía una luz azul yendo de pared a pared.

- (La velocidad de dios)- pensó Tony.

Inconscientemente, el hombre comenzó a contar los segundos.

- (Siete)- pensó prestando más atención.

La luz no se detenía yendo de pared a pared.

- (¡Nueve segundos! ¡Sobrepaso su limite!)-

Diez segundos.

Once segundos.

Doce segundos.

Naruto cayó en el medio de la habitación tomando bocanadas de aire. El sudor bajaba por todo su rostro, pero su sonrisa enorme no podía ser borrada.

- (Supero su limite de ocho segundos)- Tony apretó sus puños, mostrandose alegre.

Naruto se quedo varios segundos en el suelo, descansando y tomando aire. Varios músculos de su cuerpo estaban acalambrados por la electricidad.

Puso fuerza en sus brazos comenzando a levantarse, pero cayo nuevamente, sin energías.

- Hay que ayudarlo- exclamó Pepper caminando hacia la puerta.

Sin embargo, la mano de Tony en uno de sus hombros, la detuvo.

Naruto apretó sus dientes tratando de aliviar el dolor. Cerró sus ojos tomando un largo respiro. Volvió a poner fuerza en sus brazos, poco a poco.

- Levántate, niño... levántate- exclamó Tony.

El chico comenzó a levantarse, poniendo todo su peso en las piernas. Sus palmas abandonaron el suelo.

- Eso es- susurro Tony.

Y con un último esfuerzo, Naruto se puso de pie.

Y con un último esfuerzo, Naruto se puso de pie

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Rey Mono.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora