LXV.

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Departamento de la clase 1-A.

La mayoría del grupo reía ante la divertida situación. Era normal ver a Iida tratando de corregir a Bakugou, pero la pequeña Eri imitando los insultos del rubio explosivo, pues, era algo que hacia reír a casi todos.

Solo Iida, Momo, Deku, y Aizawa, quien ya era como una figura paterna de la pequeña, eran los únicos que no reían.

- ¡Cuatro ojos!- exclamo Eri sonriendo como cierto rubio explosivo.

- Bakugou...- murmuró fastidiado Aizawa.

Kirishima observo curioso en dirección a un paquete envuelto en papel de regalo de color amarillo y negro, que reposaba en soledad detrás de uno de los sillones.

- ¿Un regalo?- preguntó el pelirrojo levantándose de su lugar.

- Solo conozco a una persona que sería lo suficientemente tonto para dejar un regalo sorpresa a la vista...- rió Mina.

La mayoría asintió pensando en Denki.

- ¿Que creen que será?- preguntó Kirishima alzando el regalo, e inspeccionando el asunto.

¿Qué se le podía regalar a Naruto? El muchacho era el heredero de la empresa S.T.A.R.K, el dinero no era problema para el, siendo capaz de obtener cualquier cosa material.

- ¿Tú que dices, bro?- exclamo Kiri depositando el regalo en la mesa donde se cocinaba.

- ¡Quita esa mierda mal decorada de mi vista, Metapod!- rugió Bakugou.

- ¡Mierda, quítala!- imitó Eri empujando el regalo riendo.

- ¡Se acabo, Bakugou estás castigado!- informó Aizawa para agarrar a la pequeña y alejarla algunos metros del rubio explosivo.

Una vena se hinchó en la cabeza de Bakugou, quien para sorpresa de todos, se aguanto las ganas de contestar a gritos y solo refunfuñó por lo bajo.

El rubio de ojos rojos ya se hallaba de mal humor desde la mañana. Primero, perdía contra Naruto en un juego de entrenamiento. Luego, su maldito celular no paraba de vibrar debido a los mensajes de Camie que llegaban a cada minuto.

La chica de la Academia Shiketsu no paraba de hablar una vez que abría la boca. Maldecía el momento en el que le dio su número. Pero bueno, jamás lo admitiría frente al grupo de idiotas que tenía como amigos, pero Camie era la primera chica que le agradaba.

Maldita mujer de las ilusiones...

Su nariz se arrugó ante un sutil, pero familiar olor.

La mirada de Bakugou se centró en el regalo que el pelirrojo sostenía.

- Kirishima, dame eso- exclamo serio.

¿Bakugou había llamado por su nombre al pelirrojo? Aquello llamó la atención de todos siendo el centro de atención.

- ¡Ah, no! ¡No vas a abrirlo para ver que es!- exclamo Kirishima abrazando el regalo protegiéndolo.

- Dámelo- demandó Bakugou sin quitar la vista del paquete.

Había pasado más de una década desde el primer día que su quirk despertó. Y a partir de ese momento en adelante, convivió 24 horas con él.

Su don le permitía segregar nitroglicerina de sus palmas, por eso mismo, el olor a explosivo estaba unido a su cuerpo.

- Bakugou, ¿qué sucede?- interrogó Aizawa con un mal presentimiento.

Ante la firme y seria mirada de su amigo, Kirishima bajo su cabeza como un perro malherido y se acerco entregando el regalo.

Rey Mono.Where stories live. Discover now