LXVI.

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Las vigas cedían con el dulce crispar de las llamas.

Los alumnos de la clase 1-A que aún seguían concientes, solo observaron el edificio derrumbarse aplastando lo que una vez fue su hogar.

El lugar solo era inundado por el silencio, al mismo tiempo que los llantos y el fuego quemando madera aparecían.

Algunos alumnos como Uraraka comenzaban a despertarse de su inconsciencia.

Al abrir sus párpados lo único que pudo apreciar la muchacha fue la mirada preocupada de Izuku. Viéndolo fijamente, se podía ver el reflejo de las llamas del edificio en los ojos del peliverde.

- Deku-kun...- susurró.

Las lágrimas, efímeras, empezaron a llenar los ojos de Uraraka.

Los recuerdos habían llegado.

Izuku solo mordió su labio inferior con frustración en un intento de detener sus propias lágrimas, pero, solo fallo estrepitosamente.

Ambos solo pudieron sostenerse entrelazando sus manos mientras lloraban por las perdidas en aquel accidente, aquel atentado.

Por suerte, el schok había dejado inconsciente a Eri, quien yacía durmiendo cómodamente en los brazos de Aizawa.

El profesor solo podía estar quieto, parado en su lugar contemplando la escena del fuego consumiendo los dormitorios.

Escuchar el llanto a sus espaldas de los alumnos, solo aumentaba la carga que sentía en sus hombros. La impotencia de no poder haber hecho nada mientras los cuerpos, y con ello los sueños de sus estudiantes, desaparecían.

Koda, Mineta, Ojiro, Sero, y Aoyama.

Todos ellos, muertos. Algunos con la explosión, y otros, simplemente, sus cuerpos no fueron encontrados entre el desastre.

Aizawa solo siguió observando los escombros en llamas.

Sus piernas flanqueaban queriendo caer.

- (¡No lo hagas!)- pensó sin contener las lágrimas.

Si se derrumbaba, sus estudiantes también lo harían. No lo hagas, luego podrás llorar.

Los sonidos de invitados, curiosos por todo el ruido, empezaban a aparecer en la escena. Estudiantes, y personal de la escuela se acercaban hacía el caos. Los primeros en captar los problemas corrieron en busca de primeros auxilios.

Shoto enfriaba las quemaduras por todo el cuerpo de Momo.

Desde la cintura hasta su rostro, la muchacha había sufrido quemaduras de todos los grados. Su cabello se había quemado parcialmente arrebatándole aquel sedoso corte de cola de caballo.

A su lado, Jiro sostenía sus manos tratando de contener el dolor que seguramente estaría sufriendo Momo.

Uraraka trago saliva y moco debido al llanto.

Se suponía que ella sería una heroína especializada en rescate. ¿Y que hizo? Solo se quedo inconsciente sin poder salvar a nadie.

- ¿Esto es ser un héroe...?-

Uraraka desvió su atención hacia Sato, quien yacía arrodillado en el suelo a varios metros.

- Yo no pensé en esto...- susurró el muchacho en trance.

Las lágrimas bajaban por sus mejillas observando sus manos manchadas de sangre de algunos de sus amigos.

- Yo... Ya no quiero seguir siendo un héroe-

La clase 1-A había sido devastada.

La bomba implantada por Denki no solo había acabado con la vida de varios futuros héroes. También había quebrado la voluntad y sueños de ellos.

Rey Mono.Where stories live. Discover now