LXXXI

1.2K 307 37
                                    

- Raro verte a estas horas por la zona-

Una voz femenina, dulce y angelical que podría hipnotizar a cualquier hombre o mujer, captó la atención del muchacho a sus espaldas.

Naruto ahora llevaba encima suyo una gabardina negra gracias al frío que se levantó con el anochecer.

- Volvía de tomar algo con mis compañeros de curso- sonrió Naruto de lado volteando a ver a la chica-. Festejamos el final de los exámenes-

Makima ladeó su cabeza hacia un costado en un gesto tierno.

- Si, aprobé, si es lo que quieres saber- mencionó Naruto.

La chica contenta con la respuesta solo se acercó. Sus perros, atados alrededor de su cintura, se abalanzaron para llenar de baba y lenguetazos al rubio.

- ¿Dando una vuelta?-

- Sabes que Tiramisú, y Chou Crème lo necesitan antes de dormir- recordó Makima hablando de los dos perros más singulares, y revoltosos en la manada.

El par comenzó a caminar uno al lado del otro sonriendo tenuemente.

- ¿Día largo?-

Makima dió un suspiro.

- El nuevo trabajo de oficina es realmente cansador. Ni siquiera termino una pila de papeleo, y otra aparece al lado- se quejo la muchacha dejando reposar su cabeza en el hombro de Naruto sin cortar la caminata.

- Pronto entendere aquel sentimiento- se rió el rubio.

Ambos conectaron miradas, y el muchacho supo que su acompañante ansiaba una respuesta más elaborada.

- Cuando termine los estudios seguramente Tony me haga entrar a su industria en algún puesto-

- ¿Uzumaki Naruto en traje? Cualquier mujer pagaría por ver eso-

El mencionado alzó una de sus cejas, curioso ante lo dicho.

- Trato de decir que te verías realmente bien en traje- explico Makima negando ante la testarudez de Naruto en no comprender indirectas.

¿A quien culpaba? Así era la mayoría de hombres.

- Oh- musitó el rubio sonrojándose un poco-. Gracias-

Un silencio agradable se formó en el ambiente. Makima observó por un tiempo aquellos ojos azules del chico, una tonalidad que hacía recordar al océano más brillante. Un océano que ahora mismo ella desconocía, un azul apagado.

- Así que conseguirás un empleo en la empresa de tu padrino...- soltó Makima recibiendo un asentimiento-. Ya veo, ¿Así que eso te depara por el resto de tu vida?- dejó caer la muchacha una pregunta como un cuchillo filoso directo al cuello.

- Supongo- respondió confundido ante el tono agresivo empleado por la chica-. Seguramente vaya escalando posiciones, y...-

- Que aburrido, que decepción-

Naruto se detuvo.

La chica negó ante la comodidad que le fue negada. Su cabeza ya no reposaba sobre el hombro del rubio.

- Si tienes algo que decir, dilo claro-

Makima sonrió dulcemente.

- ¿Uzumaki Naruto estando detrás de un escritorio?- interrogó la chica sarcásticamente.

Naruto entrecerró la mirada frustrado.

- ¿Eso será tu vida? ¿Levantarte temprano de Lunes a Viernes para llegar a una oficina dónde tendrás que hacer y decir lo mismo durante años hasta que te jubiles? ¿Una vida donde solo podrás disfrutar el fin de semana? Ni eso porque llegarás cansado mental y físicamente a ese punto, y lo único que querrás hacer es pasar esos días libres con tu esposa sentado en el sillón del living viendo una serie-

El par se quedó observando frente a frente separados por metros de distancia.

- ¿Y que mierda quieres que hagas?-

- Lo único que hace que tus ojos brillen- sentenció Makima señalando hacia un costado, apuntando más allá de los árboles de aquel parque-. Eso quiero que hagas-

La respuesta llegó a Naruto en forma de sonido.

El ruido de ambulancias y automóviles policiales yendo a toda velocidad seguramente para detener un problema.

Naruto negó.

- Se te dió un don- murmurró Makima-. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, Naruto-

La chica extendió su mano.

- Por favor...- pidió.

Al ver aquella mano buscándolo, pidiendo ayuda, Naruto recordó. El rostro herido de cada uno de sus antiguos compañeros de curso. El rostro de Bakugou, uno de sus mejores amigos, postrado en coma en un colchón quien sabe por cuánto tiempo. Las lágrimas de Mina y Kirishima. Las pesadillas que habían frecuentado su cabeza dónde observaba a Rumi morir siendo incapaz de hacer algo.

- No, Makima. Ya no. Soy solo Uzumaki Naruto. No quiero volver a ser aquel héroe-

Naruto se alejo dejando sola a la muchacha.

- ¿Y si algún día estoy en peligro?- el rubio se detuvo unos instantes ante la pregunta-. ¿Aún así no irás a salvarme? ¿Si tus amigos te necesitan una vez más? ¿Realmente miraras para otro lado...?-

Naruto tragó saliva, mordiendo su lengua evitando una respuesta.

En silencio, sin contestar, el muchacho se fue del lugar a paso lento bajo la mirada de Makima.

Fin del capítulo.

Espero que les haya gustado. Si fue así con su voto y poniendo el fic en sus listas me ayudan bastante. ¿150 estrellas para el siguiente capítulo?

Seguidme si no lo estás, y únete a esta clase de héroes.

Seguidme si no lo estás, y únete a esta clase de héroes

Ups! Tento obrázek porušuje naše pokyny k obsahu. Před publikováním ho, prosím, buď odstraň, nebo nahraď jiným.

Nos leemos en el próximo capítulo.

Bye-bye~

Rey Mono.Kde žijí příběhy. Začni objevovat