Capitulo 11: Cobardes, tan grandes y con miedo a las ratas.

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Cobardes, tan grandes y con miedo a las ratas.

Irina.
15 de enero del 2021.

Los ataques de pánico me siguen muy constantemente, en especial cuando veo ese auto o cualquier cosa que me recuerde a mamá.

Recuerdo que cuando me sentía triste por cualquier cosa y no tenía las mínimas ganas de levantarme de la cama, mamá venía y se sentaban en la cama, me obligaba a poner la cabeza en sus piernas mientras me acariciaba el cabello y me pedía que le contara que me pasaba.

Solíamos tardar horas en la cama y luego me preparaba un capuchino único que ella solía hacer, era especial porque no sabía cómo uno normal que tomas en una cafetería... Este sabía diferente, lo amaba.

Pero ahora... Estoy en mi cama con un nudo en la garganta difícil de tragar, perdí la noción del tiempo, pero al menos sé que la última vez que Kaia vino a llamarme era para almorzar.

Llevo las manos a mi rostro y lo froto ligeramente con frustración. ¿Qué me pasa? Ya está bueno de este sentimiento miserable.

—Un pájaro ruso y un poco hablador me contó que estabas en un código rojo—la voz de Henry me sobresalta y giro el rostro hacia donde esta.

Tiene la mano apoyada en la manilla de la puerta y me mira con clara desesperación en su rostro, mientras se acerca a la cama y se sienta a mi lado.

Un código rojo para nosotros es "situación sentimental" ya sea amoroso, familiar o lo que sea que implique sentimientos.

Un código azul es cuando estamos en problemas, problemas serios.

Y un código verde es cuando definitivamente estamos felices por algo o emocionados.

—Ven y cuéntale a tío Henry qué pasa—me mira imitando un puchero y medio sonrío haciendo caso a la invitación de acostar mi cabeza en sus piernas—vamos, rusa.

Suspiro.

—Las cosas son más difíciles de lo que pensaba, Hen, a veces creo superarlo, pero luego pasa algo y el recuerdo latente cae sobre mí como miles de cristales rotos enterrándose en mi pecho—confieso mientras acaricia mi cabello—creí que avanzar me ayudaría, pero me siento en el mismo lugar. Como si mi cuerpo hubiera salido del incendio, pero... mi alma no.

Y fingía, yo fingía que estaba bien, todos me creyeron menos yo, sabía que todo lo que sentía dentro de mí me dolía.

—Fingir que no duele hace que el dolor se intensifique y duela el triple, rubia teñida—murmura Henry como si leyera mi mente— no puedo decirte que simplemente lo dejes y ya está... Las cosas, la vida no funciona así, pero eres alguien fuerte a quien admiro y amo, estoy seguro de que saldrás de esto. Algún día contarás la historia de cómo saliste adelante y será la guía de superación para alguien más, eres muy valiente, pequeña, has lidiado con esa guerra interna tú sola, tal vez hemos estado contigo, pero tú sola has lidiado con ello, no debe ser fácil perder a alguien especial como lo era tu madre, pero estoy tan seguro de que ella no quisiera verte así, extraño tanto a la Irina de antes, enserio a veces quiero que vuelva, pero sé que no es fácil, pero todos estaremos para ti, rubia.

Mi vista se empieza a nublar y suspiro.

—¿Crees que si lo supero estará orgullosa de mí? —susurro con la voz ahogada.

—No sólo ella, todos nosotros—susurra en respuesta y me da un apretón en el hombro.

—¿Qué hice para merecerte? —le digo levantándome y abrazándolo.

DOLOROSA CONEXIÓN [+18] #1Место, где живут истории. Откройте их для себя