DOLOROSA CONEXIÓN [+18] #1

Capitulo 26: Explosivos como paises en guerra.

Explosivos como países en guerra.

Aker
23 de febrero del 2021.

El olor a vomito me hace arrugar la nariz cuando me abro paso dentro de la bodega. Luego de dos dias enteros, Deck dio con el próximo difunto.

La herida en la pierna ya casi no duele, solo cuando apoyó el pie. El pecho está bien lo único que me está jodiendo por dentro es la rusa de ojos verdes.

Sacudo la cabeza, si pienso en sus ojos llenos de lagrimas no seré capaz de avanzar aquí, y no puedo permitirme flaquear cuando el objetivo está delante de mi.

En el centro de la bodega sobre una silla, amarrado de pies a cabeza, está Lars, de la hermandad de los Leones, y el supuesto mejor asesino de toda su comunidad.

El vomito lo rodea, tiene la cabeza gacha y está completamente sucio y golpeado.

Miro en ambas esquinas de la habitación donde están los gemelos.

Gabin y Blood se colocan detrás del sujeto, sin expresión alguna en sus rostros. Blood es quien lo golpea en la nuca haciendo que emita un quejido, se remueve y la sangre le gotee de la boca al piso.

Me quito la chaqueta, el reloj y la camiseta. Mi ropa cara no merece la sangre sucia de esta basura.

Me mira y alza el mentón en un gesto desafiante.

—Ah, sigues vivo—habla—¿donde está tu puta de ojos verdes? La última vez que la vi me preguntaba cómo sería follarla.

Le sonrió con los labios apretados y seguido de esto sin aviso previo mis dedos anillados impactan en su quijada logrando que escupa sangre y un diente. El líquido carmesí escapa de su boca bañándole completamente el mentón. Me mira de nuevo sonriendo sin gracia.

—Toque un punto ¿eh?—se atreve a hablar.

Mis anillos llenos de sangre y mi pecho acelerado son todo lo que siento y percibo. Sin embargo respiro hondo buscando mantener la calma.

—¿Sabes por que estás aquí?—inquiero.

El tose y agitándose, asiente.

—Me matarán.

Río de nuevo, sin humor por supuesto.

—Vaya, pareces que eres intuitivo, pero déjame decirte que no.

Eso parece sorprenderlo ya que alza las cejas sorprendido pero rápidamente cambia la cara a la misma que tenía.

—Si no es para matarme, ¿para que me tienes aquí?

Esta vez, si río y lo hago con ganas.

—Te daré una pequeña lección de vida—musitó.

Ahora, arruga las cejas en modo de confusión.

—¿Que quieres decir?—lo veo tragar saliva.

No digo nada y extiendo la mano, Gabin se acerca y deja en mi mano la navaja alemana, la que más me gusta, la que me dio mi padre cuando tenía quince años.

A simple vista parece una navaja común incluso inútil, pero no.

Tiene un filo impresionante y una capacidad máxima. Es letal si la sabes usar, claro.

—Ya lo verás—le sonrió abiertamente.

Mi tranquilidad debe generarle ansiedad, así debe ser siempre.

—Blood—lo llamó.

El capta la orden y se acerca a él. Le suelta el brazo izquierdo completamente y visualizo el tatuaje de que hace referencia a su hermandad.