DOLOROSA CONEXIÓN [+18] #1

Capitulo 19: A llorar.

A llorar.

Irina
20 de enero del 2021.

Me duele los dedos de tantas veces que me los he sonado, estoy tan nerviosa que parezco una cría. Sin duda creo que sigue siendo normal ¿no? Conocer a la nueva esposa de tu padre formalmente.

Tengo un nudo en la garganta muy difícil de pasar. En estos momentos quiero a mi babushka, ella me daría un late y un beso en la nariz para luego hacer sonar sus largas uñas acrílicas que tanto le gustan con una sonrisa.

Mi abuela, Alayna, es el vivo retrato de la juventud en una persona mayor. Ni siquiera la muerte de mi abuelo logro apagar su espíritu jovial.

Su cabello platinado siempre está perfectamente arreglado, junto con su maquillaje impecable. Las ganas de llamarla surgen y eso hago.

Saco el móvil y marcó su número en una videollamada. Ella me obligó a enseñarle usar "este aparato del demonio" como dice ella.

Contesta al tercer tono y sonrió cuando veo que tiene la nariz pegada a la cámara.

—¡Babushka!—exclamo.

—¡Moy malen'kiy!—se aparta el móvil de la cara y sonríe logrando que los ojos se me llenen de lagrimas—¡no quiero hablar ese feo idioma Irina, háblame en ruso!

—Babu, ¿cómo has estado? ¿Que has hecho?Estás preciosa, no pareces abuela—sonrió ignorando lo que dijo.

—¡Esperando a que mi única nieta se digne a llamarme y soportando a la mujer de tu padre!

La observó pasarse una mano por el cabello pavoneándose con sus joyas.

—Perdón abuela, lo siento por no llamar antes. Sabes que te adoro mucho—le hago un puchero —Demetria no es mala, babu.

—¡Más te vale no te pierdas de nuevo si no me quieres ver por allá!—sus labios algo arrugados se aprietan con su amenaza. Pero yo la extrañé tanto que sonrió—¡No te rías!

—Ya, ya lo siento. Dime porque no te cae bien Demetria.—suspiro.

—Esa mujer no es tú madre, no puedo soportarlo —se lleva los dedos a la frente y niega con la cabeza. Los ojos azules como los de mi padre se llenan de lagrimas—lo siento, no es mala, siempre está al pendiente de todos, pero no puedo evitar compararla con Barbara.

Trago saliva y parpadeo con rapidez ahuyentando las lagrimas. Estoy en publico y lo que menos quiero es llorar delante de extraños.

—Lo se babushka, mamá no tiene comparación pero me resigne a que papá envejecerá y quiere tener compañía. No es un delito—suspiro con la voz entrecortada, intento no quebrarme aquí.

—¡Ya lo sé, no me regañes como si yo no fuera la adulta aquí!—se queja y se atusa el peinado.

—Yo también soy una adulta.—le recuerdo con una pequeña sonrisa.

—Soy mayor que tú y tu eres mi pequeña—ríe—ahora cuéntale a babushka sobre ese joven del que me hablo tu padre que conociste.