DOLOROSA CONEXIÓN [+18] #1

Capitulo 23: Estos celos, me hacen daño, me enloquecen.

Estos celos, me hacen daño, me enloquecen.

Irina
08 de febrero del 2021.

Estas semanas han pasado en un abrir y cerrar de ojos. Aker y yo nos hemos visto poco debido a que ambos tenemos compromisos, pero lo que nunca me ha faltado es un mensaje caliente de su parte, cada mañana y cada noche.

Hemos tenido encuentros rápidos y escasos, aún así han sido placenteros, él ha tenido reuniones en diferentes partes de la ciudad en la noche y la hermandad lo ocupa en el día y yo he tenido exámenes parciales los cuales me han consumido a un punto en el que debo parecer un espantapájaros mezclado con un zoombie, soy un zoombipájaro.

Aker si cumplió lo que dijo esa noche, me secuestró hasta el lunes y no salimos de su departamento por nada del mundo.

Nuestro último encuentro fue hace dos noches, todo fue tan salvaje y loco que al otro día fui testigo de lo que nos causamos.

Él tenía chupetones en todo el cuello y pecho, no sé en que momento los hice pero eran oscuros y duros. Dios, no me quería ver cómo estaba yo porque cuando lo hice, casi me atraganto.

Y no con lo que en realidad me hubiera gustado atragantarme.

Mis pechos, absolutamente todo mi pecho estaba lleno de marcas grandes, rojas y en mi cuello había uno muy difícil de ocultar.

Por esa razón mientras salgo de mi ultima clase me compongo el cabello tratando de que no se me note. Esta mañana salí tan apurada que olvide por completo maquillarlo con base.

Quedé con Henry en vernos en el aparcamiento tenemos un almuerzo con nuestros padres y debemos ir por Kaia. Por otro lado las personas me siguen mirando como antes, solo que ahora me sonríen y alaban como si fuera una diosa o algo así.

El lunes luego de la carrera recibí tantas felicitaciones que por un momento me pregunté si es que estaba cumpliendo años y lo había olvidado.

Lo que si agradezco de la "marca de territorio" que hizo Aker esa noche fue que ya los hombres no se me acercan al punto de sentirme asfixiada, menos William, a ese imbécil le quedó claro. Cada que me lo encuentro me huye como si fuera una plaga y eso me genera tanta paz.

El móvil me vibra haciendo que aparte mi vista de las personas del campus. Lo saco de mi bolsillo trasero y veo un mensaje de Henry.

Henry: ¿Puedes apurarte? Me estoy cagando.

Suelto una carcajada.

Yo: Esas confianzas, no quería saber eso último.

Henry: ¿Ahora te quejas? Te he visto las tetas desde que naciste, estupida.

Yo: Y yo te he visto el pito y no lo ando divulgando.

Henry: Pues apúrate si no quieres que lo grite en toda la universidad.

Yo: Come mierda.

Henry: Mejor pito.

Henry: también te amo ;)

Me rio y estoy por responderle con algo ingenioso cuando choco con algo duro logrando que el móvil se me caiga en el pasto.

—¡Lo siento!— me agacho a tomar mi móvil y la persona también.