Deseos Oscuros

Capítulo 1

Está bien, todos sabemos que cada uno toma de diferentes formas la ruptura. Algunos usan ese comodín de sacar un clavo con otro clavo, o de escuchar canciones tristes hasta deprimirse. Otros fingen que no les importa, y otros simplemente pasan muy rápido la página. En mi caso, decidí usar ese pijama morado que usaba cuando estaba triste —cosa que pasa básicamente siempre—, y no salgo de mi cama desde hace… no sabría decirte hace cuanto, pero sorprendentemente sigo viva.

Veo mi reflejo en el espejo y vaya, mis ojeras no son normales. Mi pelirrojo cabello está lleno de friz y abombado, eso sin contar la grandísima cara de sueño y trasnocho que llevo encima. Menos mal no me esperan planes de salidas por mucho tiempo. Solamente quiero concentrarme en terminar la universidad y en no socializar con nadie más durante mucho tiempo. Ya me han hecho suficiente daño, especialmente después de mi más larga y decepcionante relación, la cual terminó con dos mensajes de texto diciéndome
“Ya no quiero estar contigo
Me gusta otra chica”
Por supuesto la depresión fue gigante. Podré tener veintidós años, pero son los veintidós años más espeluznantes de mi vida. Sin duda a Ashton le faltaron huevos para decirme todo eso en la cara. Me iba a costar demasiado superarlo, créanme, llevo dos semanas sin ver la luz del sol. Aunque, ahora que lo recuerdo, salí por última vez a comprar unas papitas a la tienda.

Luego de traumarme más con mi horrible reflejo y deprimirme más ante mi desgracia con mi ex novio, vuelvo a la cama a seguir viendo Loki. Ariana es mi mejor amiga y debe estar por llegar, últimamente está viniendo demasiado para saber si sigo estable mental y físicamente. La quiero tanto, de no ser por ella ni siquiera siguiera en este país. Y hablo enserio porque no pertenezco aquí. Pero esa historia ya se sabrá después.

Como una papita frita, luego otra, y otra, hasta que escucho la puerta de mi habitación abrirse. Veo a una chica alta y de pelo castaño entrar con una sonrisota en el rostro, vistiendo un vestido rojo ajustado y unos tacones cargando varias bolsas en las manos. ¿Ahora que está planeando Ariana?

—¡Vengo a secuestraaaarte!—dijo mientras dejaba las bolsas sobre la cama—. Sin duda tendré que hacer milagro, pero nada que no se resuelva.

La observaba con cautela, callada y sin saber cuál sería su próxima acción. Ella se acercó a mí con total energía y comenzó a examinarme toda la cara, a pasar su mano por mi pelo y a darle pequeños golpecitos a mis mejillas, supongo que para que agarraran un poco de color. Parpadeo varias veces y me alejo, arrimándome hacia el otro extremo de mi cama.

—¿Qué estas planeando?—le pregunto subiendo la guardia.

—Hoy leí un artículo que decía que no es sano estar así… así como tu estas—habló señalando todo con su dedo, de forma circular—. Y como ahora estoy entrando en ese mundo de la psiquiatría, te aseguro que concuerdo a la perfección.

—¿Entonces…?—pregunto tratando de llegar al fondo de esto.

—Vengo a sacarte de este agujero asqueroso al que llamas habitación y llevarte a mi perfecto mundo de hadas—me asegura con una sonrisa.

Ariana acaba de graduarse de medicina, y recién comienza una especialidad en psiquiatría. Así es, será la próxima Harley Quinn del condado. Y por eso, basándome en lo mucho que la conozco, guiarse por ella es un camino a la muerte segura.

—Hmmm. No estoy muy convencida, a decir verdad.

—¡Emma!—ruega suplicantemente—. Mira, es solo una fiesta familiar con unos pocos amigos de mis padres. Además, quien sabe si encuentras tu apuesto millonario esta noche.

Niego con la cabeza.

—No lo creo. Estoy bien así.

—Ambas sabemos que no solo no quieres admitirlo—rueda los ojos—. No puedes seguir así como una muerta por culpa de un hijo de puta que no te quiso, así que tienes que disfrutar la vida y seguir adelante. Tienes dos opciones: o te pones los ovarios y le enseñas a ese cabrón lo que es arrepentirse, o te quedas aquí llorando mientras escuchas SOUR. ¿Qué eliges?