Capitulo 10

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El sonido de las notificaciones de mi teléfono me había despertado. El lado izquierdo de mi cara me dolía, y al sobarlo me di cuenta de que se había marcado por las teclas del teclado. Me había quedado dormida. ¿Qué hora era? Por lo visto no había amanecido porque aún estaba oscuro. Tomo mi teléfono y miro la hora, eran las tres y cuarenta de la madrugada. Y al ver las notificaciones veo el número de Fabricio primero. Me había dejado varios mensajes.

Él: ¿Estás estudiando, no?
Espero que todo te salga bien mañana.
Respóndeme cuando puedas.
¿Emmaaaaa????

Supongo que el último fue el que me despertó.

Yo: Bueeeeeeno ;)
Creo que sí estudié unas dos horas y media, no lo sé.

Envié los mensajes y dejé el teléfono en la mesa para levantarme e ir a mi cuarto. Veo a Ariana dormir placenteramente sobre mi cama. Tenía unas bolsas de ruffles al lado y estaba semi-acostada, con la tv encendida con una playlist de ruptura. Apago la tele y cierro la puerta así no le hacía ruido mientras seguía estudiando. Ni siquiera sé cómo voy a poder estudiar con todo este sueño que tengo.

Cuando vuelvo a la sala, reviso si tenía mensajes de Fabricio. Todavía nada, de seguro ya se había ido a dormir. Googleo unas cuantas cosas para mí examen y escucho el celular. Rápidamente lo tomo y abro la conversación.

Él: Cómo que no sabes? -_-
Yo: Es q me quedé dormida jiji
Él: Deberías estudiar
Yo: Hasta donde llegue,tengo sueño
Él: ¿Al menos te aprendiste algo?
Yo: Mmmm una cosa cortita
Él: ¿Te estoy distrayendo?
Yo: Puedo hacer ambas cosas a la vez :D
Él: Sure?
Yo: Yeah daddy
Él: Me dijiste papi:0
Yo: Era parte de la respuesta, no te ilusiones
Él: Claro, que buena excusa para decirme papi.
Yo: Ya quisieras que lo dijera de verdad
Él: Si me moriría por escuchar como sale de tus labios, en medio de gemidos, y diciéndome en el oído que te folle

Okey, eso me había tomado desprevenida. Pero viniendo de Fabricio claro que me lo esperaba. No podía negar que por alguna razón sentí una especie de cosquilleo, me gustaba que me dijera ese tipo de cosas. Y me gustaba aún más imaginarmelas.

Dios mío, me siento tan sucia leyendo ese tipo de cosas o imaginándomelas. Pero es que no podía evitarlo. Tal vez si aquel día en el departamento de Fabricio hubiese pasado algo —ya saben, follada salvaje— no estuviese aquí ahora con ganas de que suceda. Pero soy humana y, ¿A quien no le llamaría la atención Fabricio?

Yo: Eso sería más grandioso de lo que puedes imaginar.
Él: No tienes idea de lo que me estoy imaginando.
Yo: Mmm quisiera hacerme las ideas.
Él: No te las diré porque no quiero que te mojes hasta que esté ahí contigo para que valga la pena.
Yo: Bueno, yo si quiero ponértela dura.
Él: Que atrevida, acompañante de bodas.
Yo: Estamos siendo sinceros, no?
Él: Si estamos siendo sinceros entonces tengo que decirte que en realidad si quiero que te mojes tanto como para que tengas que tocarte justo ahora.
Yo: Lo sabía. Pero no tendremos sexting, daddy.
Él: ¡¡¡Looo dijiste de nuevo!!!

Ruedo los ojos con una sonrisa de complicidad. Esta vez si lo había hecho a propósito. Me gustaba decirle así, es como si la palabra en realidad le quedara como anillo al dedo. Y si ya están pensando que me gusta, están muy equivocados. Solamente tengo ganas de acostarme con él y yap. Estoy grandecita, y sé diferenciar las cosas. No volveré a caer como una estúpida en las garras de una bestia disfrazada de principe que promete un castillo entero como lo son los hombres.

De nuevo, no es personal con los hombres. Solo sigo un poco enojada, jeje. De hecho, mi mejor amigo es un buen sujeto. De no ser por el hecho de que se consiguió una novia y se olvidó de mi, les aseguro que sería la mejor figura masculina que conozco. Al menos se que ahora está feliz, aunque odie a su novia. La felicidad primero, supongo.

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