Capitulo 15

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Holi, antes de empezar a leer, si a algunos les apareció ayer el capítulo y no podían entrar, es que soy tonta y lo publiqué por error a la mitad :( También quiero decirles que aún soy novata escribiendo escenas +18, por ende, pido perdón si hay algún error. Nos vemosssss <3

No puede ser. Esto era lo que faltaba, en serio, para cerrar este día con broche de oro la luz tenía que irse. Eso pasaba una vez cada setenta millones de años y tenía que ocurrir justamente hoy. Cómo si yo le hubiese pedido al universo que me mandara una prueba más.

Ya no me estaba gustando la idea de ser la mejor guerrera de Dios, porque suficiente lidiar con las batallas mentales que tenía a diario. 

—¿Emma?—escuché que gritó Fabricio a la distancia.

—¿Si?—le respondí para después encender la linterna de mi celular—. Estoy en la sala.

—No estoy ciego, Emma, ya te veo.

—¿Quemaste algo?

Se lo pregunté porque qué casualidad que la luz se fue justo cuando él apagó el aire. Y me corto una teta apostando a que Fabricio no sabe nada de electricidad.

—No—contesta rápidamente, solo que luego parece recapacitarlo—. Tal vez.

—Fabricio.

—¿Qué?

—¿No sabes apagar un aire?

—No es “un” aire, son como diez—contesta amargadamente—. Y no, se apagan manualmente y suele hacerlo Amanda pero creo que ya se fue y se le olvidó.

Recuerdo que Ariana me había contado hace tiempo que la mujer que trabajaba en la casa de su hermanastro era un monstruo con ella, ja.

—Mmmmm. ¿Entonces no habrá luz?

Me quedé esperando por su respuesta, pero escuché pasos un poco lejos de mi. Iba a decir algo más, cuando me gritó que estaba encendiendo unas velas para traerlas. Así que solo solté un suspiro y me quedé mirando hacia la nada.

Fabricio apareció poco después con dos velones encendidos que colocó sobre la mesita frente a nosotros. No alumbraba mucho pero bastaba para poder vernos las caras y unos cuantos centró de sala.

—No, pero no es tan malo—me dice sentándose a mi lado—. Dicen que a oscuras la gente logra comunicarse mejor, ya sabes, sin distracciones, ni ruidos.

—¿A qué te refieres?—le pregunto mirando a la nada, había apagado mi linterna cuando sentí que se sentó en la otra punta del sofá.

—Creo que es un buen momento para que me digas que es lo que te tiene pensativa.

—Eh, sí, sobre eso…—empiezo a decir—. No sé cómo sacarlo de mi cabeza.

—Bueno, no estás obligada pero, si quieres te ayudo.

—¿Por qué?

—¿Qué cosa?

—¿Por qué quieres hacerlo? ¿Qué mierda ganas con esto?—suelto un suspiro—. Me estoy confundiendo, me siento rara al meterme en esto sin siquiera conocer cuando fue que naciste. Sé que suena bipolar decirlo pero todo el día he estado teniendo sensaciones raras y pensamientos raros, y todo fue por el beso. O por caminar agarrados de la mano, o… todo esto en general. ¿Debería hacerme ilusiones o después de un tiempo todo terminará?

—Emma, te adoro de aquí a la luna y de regreso—comienza a decirme, interrumpiendo lo que estaba diciendo—. Nuestros conceptos del amor son diferentes, pero no eres la única que está teniendo pensamientos raros.

Deseos Oscuros Where stories live. Discover now