Capitulo 20

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En ese mismo instante estaba plasmada, seguramente si me movía todo mi cuerpo se iba a romper en pedazos. Me estaba costando procesar lo que estaba viviendo, y cómo era que lo estaba viviendo. Frente a mi estaba la responsable de que mi vida diera un giro tan grande como esos que da alguna película de Tim Burton, de que mi relación terminara, y la culpable de que mis último mes se basara en música triste y helado. Eso hasta que Ariana se encargó de generar otro giro en mi vida.

Sé que es egoísta querer echarle toda la culpa a ella cuando fue Ashton quien quiso dejarme en primer lugar, pero mi terquedad a veces puede ser más grande que el sentido lógico que tengo y siempre querré creer la versión de la historia que quiero creer.

Lo cierto era que este encuentro fue tan directo que quedé petrificada sin saber como reaccionar. Si era consciente de que es su boda y que tendría que verla tarde o temprano, pero prefería más tarde que temprano. Aún así, fue ella quien quiso hablar primero. Yo no podía.

—Yo ya estaba por irme...—mencionó con algo de pena. Me preguntaba si sabía quien soy yo.

Asentía con la cabeza. Poco a poco plantaba los pies en la tierra y los nervios desaparecían. Escuché su voz y un sentimiento de inferioridad apareció, su acento no era parecido al mio, seguramente no viene de por aquí. No deje que se notara mi nostalgia entrante, porque no quería demostrarle que me sentía débil o intimidada. Yo era perfecta, y ninguna novia de ninguna boda iba a destrozarme (por segunda vez).

—Tranquila, no voy a tardarme demasiado—fue lo que salió de mi boca.

¿Qué mas iba a decirle? ¿Felicidades? ¿Eres más bonita de lo que creía? Yo que sé, pero esas cosas eran las que pensaba y sentía.

Después de aquello, ninguna mencionó nada más. Yo seguía en shock por lo que había pasado, pero no era la única. Ambas nos quedamos como en una especie de viaje astral por siete u ocho segundos, imagino que procesando lo que había pasado. Hasta que por fin ella pareció salir de aquel viaje y se dispuso a caminar algo apurada queriendo huir de la situación. Sin embargo, los tacones le dieron una mala pasada porque la hicieron tropezar. Así que aquí fue cuando tuve mi primer momento bipolar de la noche. Pude haberla dejado caer y arruinar la noche de su vida, pero yo estaba intentando superar y no quería ser más hija de puta de lo que era. Entonces pasó como un impulso, estiré mis brazos y la agarré para evitar que cayera.

Ella se reincorpora sorprendida, y termino de ayudarle. En medio de eso vuelvo a evaluarla de pies a cabeza y de nuevo confirmo que se ve preciosa. Su peinado seguía intacto e igual de grandioso, y sus ojos que aunque demostrasen temor y nervios, seguían azules y brillosos.

—¿Estás bien?—pregunté separándome un poco.

Ella asiente su cabeza y sonríe, arreglando su vestido.

—Gracias, no sé que pasó pero pudo haberme costado el peinado y los zapatos.

—Sí, eso habría sido un dolor de cabeza extra—le dije. No era del todo sincera, tal vez era hipócrita de mi parte luego de haberla ayudado, pero muy en el fondo quise ver que pasaría si se hubiese caído.

Le sonreí y traté de no responder. Caminé hasta uno de los cubículos para evitar que se creara una tensión innecesaria en el lugar y antes de entrar en el, escuchar su voz otra vez me detuvo.

—¿Eres Emma, no?

Me giro y asiento con la cabeza. Entonces sí sabía quien era yo.

—Sé quien eres...—me respondió con un poco de nervios—. Cuando Ashton dijo que te invitó no pensé que vendrías.

—Estuve a punto de no asistir. Pero es el día más importante de sus vidas y se supone que no hay resentimientos—me limité a decir—. Además tengo un lindo compañero.

Aunque yo sentía mucho más rencor que antes.

—Es que, no estaba segura de si me guardabas alguna especie de resentimiento después de... bueno, eso. Pero me pareces más amable de lo que Ashton dijo—contestó con la voz casi que cortada—. Emma, en serio quería darte una disculpa. Yo no tenía idea de que tú existías, y cuando lo supe él me dijo que estaban muy mal y que yo lo había ayudado a mejorar. Sé que si eso me lo hicieran a mi estuviera destrozada.

—¿Qué Ashton dijo qué?

Ignoré aquello de las disculpas y el discursito que me dijo, no porque quisiera, si no que era imposible prestarle atención. Mi mente solo procesó todo lo referente al "Ashton dijo". Si Valeria decía la verdad, su futuro esposo era un mentiroso de mierda.

—Cuando Adrik nos presentó, esa misma tarde me invitó a cenar. Adrik se fue y nos quedamos solos, fue muy lindo y omitió lo de estar en una relación. Pasaron los meses y una noche tú lo mensajeaste, pero fui yo la que recibió el mensaje y lo confronté. Me dijo que ninguno de los dos sentía lo mismo y que la mayoría del tiempo se ignoraban. Y yo lo disculpé, porque jamás sentí por nadie lo que siento por Ashton.

De nuevo Adrik. Esto era increíble. Este era como el quinto balde de agua fría que me arrojaban en el día. Ashton me negó, y luego maquilló completamente nuestra relación. Pero ahora que escuchaba lo que Valeria me decía comprendí muchas cosas que antes no, y algunas de sus acciones tomaban más sentido. Sin duda era un maldito hijo de puta.

No quería pensar nada respecto a Valeria. Creo que hasta sería inutil ponerme en su posición. Ya estamos grandes como para diferenciar lo que es bueno de lo que es malo, y si me hubiesen dicho esa excusa tan típica a mi, no la perdonaba. Y eso que cometí muchos errores cuando era mucho más menor, y esto suena a una especie de drama de niñas a los 15 años. Pero okey. Valeria era estúpida y quizá "su amor la dejaba ciega", pero el real culpable aquí es Ashton. No Adrik, no Valeria, no yo. Ashton Rooney.

—Bueno, pero qué sincero es nuestro amigo. ¿No?—le mencioné sorprendida—. Esto es increíble. ¿Te dijo algo más?

—Pues, hasta hace unos minutos pensé que eras un monstruo.

Deseos Oscuros Where stories live. Discover now