Capitulo 9

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La verdad es que, durante todos los años que llevaba viendo a Ariana, una sola vez la había visto destrozada y llorando hasta que se le rompiera el alma en pedazos. Más que todo porque ella siempre fue optimista, a diferencia de mi. Ella siempre veía el vaso medio lleno, o la oportunidad de sobrevivir en medio de un incendio en un edificio de sesenta pisos.

Así era ella, y de cierto modo, a veces me sentía celosa de esa estabilidad que tenía. Porque yo no podía ser así. Lo intentaba, enserio quería lograrlo, pero parece que me veo más bonita desde el lado negativo de la vida.

El punto es que la escena inimaginable que teníamos al frente era esto: Ariana con el maquillaje corrido, música triste a todo volumen, dos cajas de pizzas y hamburguesas sobre el sofá y Fabricio aguantando la risa.

¿Ese pendejo no podía ni siquiera ser serio en momentos como este?

-¿Pero que pasó aquí? ¡Dios mío!-exclamé apenas senté cabeza y vi a Ariana así.

Seguramente fue el imbécil de Gabriel.

-Te juro que...-dije corriendo hacia ella a consolarla.

-Lo hizo otra vez, Emmie-confesó ella llorando todavía mas-. Dios, cómo pude ser tan estupida.

-¿De qué hablan?-preguntó Fabricio. Supongo que ya había reaccionado cuando escuchó lo que Ariana había dicho.

Lo ignoré por completo. Me preocupaba Ariana, ella era una chica tan lista, y más bien me faltarían adjetivos para poder describirla. Sin embargo, aunque no debemos, todas las chicas tenemos un eslabón débil. Puede ser un chico, ese amor al que, sin importar cuando venga, siempre le diremos que sí, o un familiar, un amigo, un sueño. Pues, Gabriel Vera era el eslabón débil de mi amiga.

Él tipo si que es un idiota. Diría que más que Ashton, o que Fabricio. Aunque dudo que Fabricio tenga competencia.

Ariana me da su teléfono, con una imagen en la pantalla. Cuando lo agarro, se voltea otra vez y puedo escuchar como se escurre la nariz.

Fabricio se me acerca, e intenta quitarme el teléfono pero no lo dejo. Entonces se para a mi lado para poder ver también.

—Qué—fue lo único que pude decir.

Eran varios screenshots. Uno es de Facebook, en el que sale una amiga de Gabriel, compartiendo una foto de una chica muy linda. Decía “Cuídela, que la amo más a ella que a ti”. Luego giré la foto, y era una publicación de esa misma chica, en el que Gabriel le comentaba cosas bonitas y le decía que lo besara. Dios, lo voy a matar, lo voy a matar a ese imbécil.

Hombre no es gente. Sin ofender a los hombres, jeje. Sé que no todos son iguales así que solo déjenme pasar mi momento de ira.

Ni siquiera quise ver los demás porque me hervía la sangre. Entendía perfectamente como se sentía Ariana. Así que le doy bruscamente el celular a Fabricio y camino hacia ella dándole un abrazo tan fuerte como el que nunca me han dado a mi.

—Quisiera decirte algo y que duela menos, pero no hay nada que pueda decir y que sea efectivo así que seré el hombro en el que puedes llorar—le repito mientras aumento la fuerza del abrazo.

—Lo ves, te dije que no debías confiar en ese maldito desde lo de la fiesta. ¡Pero claro! A ti las cosas te entran por un oído y te salen por el otro—finalmente se atrevió a hablar Fabricio. Y no estuvo tan mal a comparación de lo que pensé que diría.

—¡Dios! Me envenenó la cabeza y me hizo creer que Lucas mentía. Solo pido que no me recuerden ese error—mi amiga le gritó obstinada.

Para ponerlos en contexto rápido, Gabriel y Ariana son novios desde hace unos siete u ocho meses. Lucas era uno de los mejores amigos de Gabriel, y al parecer le gustaba Ariana. Entonces, la noche siguiente a una fiesta, le mandó un audio de dos minutos a Ariana, diciéndole que Gabriel se había besado con una chica en esa fiesta y que él sentía que debía saberlo. Esa fue la primera caída de Ariana.

Deseos Oscuros Where stories live. Discover now