Capitulo 28

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Me sentía en una película de terror apenas terminé de leer aquella nota. Por mi mente pasaron un montón de sospechosos que pudieron haber enviado la nota, cosas malas que hice cuando era una tonta adolescente. ¿Por qué me estarían atormentando ahora? Veamos, si fui una mierda en el pasado, pero tenía dieciséis años y no sabia lo que hacia.  Es estúpido, ningún bullying que le hice a mis compañeros de escuela se me estaría cobrando ahora. Esto solo era una broma y no voy a darle ninguna importancia, porque tengo la consciencia limpia y sé que no ha pasado nada malo.

En su lugar debería preocuparme por cosas realmente importantes: la sensación de traición y olvido que sentía desde que Fabricio me dejó sola. ¿De verdad iba a dejarme sin explicaciones hasta que hoy? Ja. Estaba enojada, decepcionada, pero también quería que saber bien lo que estaba pasando.  Y en la universidad también tenía que pensar, obviamente. No iba a descuidar un trabajo de años solo por lo estaba pasando, así que dediqué casi que todo mi día a estudiar. Tenia que repasar las ultimas cosas que vimos en clase por si se me estaban olvidando.

Lo de la nota rara de dudosa procedencia desapareció de mi mente. Perdí la noción del tiempo y el sonido de la puerta me trajo de vuelta a la realidad. Con algo de flojera me acerco y al abrirla, lo veo. Después de unos días sin dar señales de vida, Fabricio estaba en frente de mi y eso me hizo cuestionar si debería cerrarle o no la puerta en la cara, porque se lo merecía.

Pero yo podía ser una mierda mejor que él. -Eso y el chisme, claramente quería saber que tenía para decir- 

—Lindo momento para aparecer—le dije algo sarcástica, para dejar notar mi enojo.

—Que bueno que no me recibiste con una patada en las bolas, es un progreso, Emma—me dice dejando a la vista su sonrisa perfecta.

—Imaginaba que después de pasar una semana sin aparecer, al menos volverías con chocolates, pero, a quien le importa eso.

—Por lo visto a ti—me dice pasando al apartamento, sin invitación—. ¿Querías que apareciera con flores como un príncipe azul? No me lo esperaba de ti.

Era evidente la falsa sorpresa en su voz.

—Eso sería esperar mucho de ti, y a este ritmo veo que solo sirves para coger.

—Y ahí está—responde entre risas.

Me quedo viéndolo, con intenciones de que me iluminara, porque no entendía el comentario y el motivo de su risa, pero él solo reía.

—¿Ahí está qué?—le pregunté irritada.

—El comentario de la chica herida porque su hombre desapareció.

—Dios, hay veces en las que te juro que quisiera lanzarte a un esmeril encendido—rodé los ojos.

El Fabricio que conocí estaba regresando, y sin duda esa era su versión más irritante. 

» No eres mi hombre, eres demasiado hincha pelotas desde que cruzaste esa puerta sin invitación.

—¿Entonces vamos a discutir en vez de tener una conversación como adultos?

—¿Perdón? Yo no fui la que llegó de la nada con comentarios fuera de lugar sabiendo que me perdí una semana. Así que no vengas a hablarme como un adulto si tu comportamiento es de un idiota de diecisiete que lanza bomba de humo a la chica con la que habla porque vió a una bonita y no saber que hacer con la...—no pude seguir porque me había interrumpido.

Tomó un poco de aire y soltó una pequeña risa para decir:

—Emma, no lo hice por nada de lo que estás pensando. Es algo más delicado que involucra a mi familia y por eso tuve que irme, ya viste que hasta Ariana se perdió. Y voy a explicarte todo, pero no es eso de lo único que tenemos que hablar.

Deseos Oscuros Where stories live. Discover now