★CAPÍTULO 02

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"La lectura es el viaje de los que no pueden tomar el tren". Francis de Croisset.

ESTELA TESSIER

Perseguí con la mirada la próxima gota que se deslizaba por la ventana empañada al lado de mi, la lluvia se intensificaba cada vez más al pasar de los segundos, a través de la ventana podía ver a las personas con sus grandes sombrillas coloridas pasando de un lado a otro, apresurando su paso para huir de la gran llovizna, los charcos de agua en el suelo se agrandaban cada vez más, las llantas de los carros hacían chispear a dichos charcos.

Que buen clima para leer una historia romántica con final trágico.

Una voz femenina me trajo de vuelta a la realidad, haciéndome girar un poco sobre mi asiento para mirarla.

—Dos croissants, un jugo de naranja natural y un café con leche —afirmó la mesera uniformada que estaba cerca de nuestra mesa mientras escribía en una pequeña libreta, nos miro dándonos una sonrisa amable
—. ¿Eso es todo?

Hannah, mi mejor amiga, asintió con una mirada amigable—, Si, gracias.

Le di una sonrisa de boca cerrada a la mesera antes de que se fuera. Acomode las mangas de mi camisa para que lograran cubrir mis brazos por completo, el clima hoy ha estado insoportable y el aire acondicionado del lugar no ayudaba.

Me acode sobre la mesa de madera con detalles de vidrio en el centro, volví a mirar a través de la ventana.

—Has estado callada —expreso la chica rubia en frente de mi antes de tomar el vaso de cristal con agua que había puesto la mesera cuando llegamos.

1:34 am

Número desconocido.

Abrí el chat para encontrarme con un "Salut Belle", le pregunto quién era pero no obtuve respuesta alguna.

¿Cómo tiene mi número y por qué escribió en francés?

Tal vez solo fue una broma telefónica y marcaron mi número al azar.

La mire y vacilé un poco. —Estaba pensando —confesé.

—¿En qué? —dejo caer su cabeza hacia atrás, soltó un suspiro—, yo estoy pensando en lo rico que deben de estar esos crosans.

No pude evitar no reírme por la forma en la que pronunció croissants.

—¿Qué pasa? —preguntó mientras acomodaba su largo cabello detrás de sus hombros, su cara de confusión era notoria.

—Es croissants —mi acento francés se hizo presente corrigiéndola en un tono divertido.

Suspiró en frustración—. Tienes que ayudarme en mi próximo examen de francés.

—Tienes que poner de tu parte, Hannah, no es sólo decirte palabras que luego olvidarás.

Frunció su entrecejo, —auch, ya te pareces a mi madre —dramátizo llevando una de sus manos hasta su pecho, tratando de sonar dolida, Ambas reímos después de eso, causando que a ella se le marcaran sus lindos hoyuelos.

Un beso bajo las estrellas ©✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora