★CAPÍTULO 18

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“Tú solo eres suficiente. No tienes nada que demostrarle a nadie”. Maya Angelou.

ESTELA TESSIER

Bueno, creo que fui muy directa.

No, no creo. Lo fui.

Al momento en que sus ojos se cruzaron con los míos sentí un poco de culpa por preguntarle eso. Era una mirada helada que ocultaba muchas cosas, como una defensa. Quería ayudarlo de alguna forma. Quería saber si él necesitaba ayuda, pero la forma en la cual lo pregunté no era la correcta.

Y lo se, hay muchas cosas de él que no tengo ni idea.

Tome una bocanada de aire, tratando de poner más cálido el lugar.

Tragué saliva con incomodidad clara.

—No fue mi intención incomodarte, disculpa. —Me arrepentí de la cuestionación que había hecho—. Eso no me incumbe, solo...

Maravilloso, Estela. ¡Bravo! Siempre tienes que decir algo que lo arruine.

Hades me miró con la misma expresión de antes, se sentía algo raro que me mirara así.

—Lo siento, no quería—

—No te disculpes, está bien que sientas curiosidad —su tono esta vez sonaba un poco a la defensiva.

Se vio muy hipócrita de mi parte preguntarle cosas personales cuando yo tampoco me abro fácilmente.

Hades comenzó a cerrar las pinturas y guardar los pinceles en su lugar, levantándose para caminar, darme la espalda e irse al otro lado del salón para poner todo en su lugar.

Su expresión gélida seguía en él, sus vibras eran tensas y pesadas. Probablemente no se creyó eso de "no quise", talvez pensó que lo pregunté para burlarme.

Puse las tiras de mi mochila sobre mis hombros y me puse de pie, sabía que no tenía nada más que hacer allí.

—¿Ya te vas? —me sorprendió que lo preguntara.

—Ahm, si. Mi madrina ya llegó —mentí, seguramente ella vendría en unos minutos.

O en un largo tiempo.

Hades se volteó, tomo su mochila y se acercó a mí. Yo yacía debajo del marco de la puerta, él se paró justo delante de mí, a unos centímetros; tuve que levantar mi rostro hacia arriba para lograr unos vistazos directos.

—¿Estas enojada?

Arrugué mis cejas con confusión.

—¿Que? —salió de mi boca con claro desconcierto.

¿Como iba a estar enfadada yo?

Ladeó una sonrisa irónica—. No se, pensé que te ardería mi decisión de no abrirme contigo.

—Eso no...

«No me molestaría» quise decir pero Hades me callo, llevando su pulgar a la curvatura inferior de mis labios.

Maldito acelerador de corazones.

Un beso bajo las estrellas ©✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora