★CAPÍTULO 33

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"Todos terminaremos igual. Así que arriésgate, sueña, grita, busca lo desconocido, vive. Porque en algún momento ya estaremos frente a la puerta de nuestro último día."

ESTELA TESSIER

Los adolescentes desesperados pasaban caminando aceleradamente con una bandeja roja en sus manos, dirigiéndose a donde estaba la comida. No sé porqué pero el olor que tenía el comedor me recordó a cuando estábamos en educación física de primaria y todos salían oliendo horrible.

Por otro lado, le había agarrado manía a todo y no quería comer en la escuela.

—Come o vendrán los… —Axel puso un dedo sobre su labio y elevó la mirada al cielo, pensando en algo ingenioso. Pero seamos sinceros, su frase se arruinó desde que mencionó la palabra "come".

Arrugué mi rostro conteniendo una carcajada.

—¿Los monstruos debajo de mi cama? —Aparté la mirada de su bandeja con una gran salchicha bañada en salsa de diferentes tipos—. No soy una niña, Axel.

—¿Y qué eres? ¿Un avión? 

—¿Qué?

—Estás diciendo que no eres una niña...pero yo veo que tú—

—No, soy un helicóptero —sonreí con ironía al terminar de decir aquello.

Crucé las piernas, sentada frente a él en la peor mesa que podríamos haber elegido nunca. Lastimosamente todos los lugares para sentarse adentro estaban ocupados, así que nos tocó sentarnos en las del campus. Odiaba la intensidad con la que el sol radió ese día.

—¿Cuánto sacaste en el examen? —Esta vez obtuve una visión donde Ax miraba su teléfono y dejaba de comer. Soltó el sándwich sobre la bandeja en seco, con los labios manchados de salsa.

—17 de 20...no me esforcé tanto y tampoco estoy para estresarme, estoy tratando de estar tranquila.

Quería evitar tener ataques de ansiedad a toda costa. Últimamente había estado más relajada, no quería que todos los problemas se me unieran, mi estado terminaría peor.

—Mi hermana está hospitalizada —avisó leyendo en su celular. Me tranquilicé cuando vi una sonrisa colarse en sus labios, iluminando su rostro—. Y tienen el tratamiento.

Una de mis comisuras se levantó y me llenó una sensación de alivio. No sabía cómo, pero sus padres habían conseguido el dinero necesario para el tratamiento de asma y todos los medicamentos que requiere además de aquel mencionando. 

—Quiero ir a visitarla —murmuré. Puedo decir que Alexa, su hermana, me conoce desde que tiene memoria, pues hace casi nueve años fue que conocí a Axel, ella apenas tenía unos días de nacida.

Amaba quedarme en casa de él y cuidar a su hermanita. Hubo una vez que sus padres me pagaron por cuidarla una noche dónde ni ellos ni Axel podían cuidarla.

Recorrí con la mirada todo el campus y a las personas en el, y me encontré con un pelinegro vestido de colores neutrales entre tanto color. Pero me di cuenta que no iba a sentarse a alguna mesa para digerir algo. Él se estaba yendo a otro lado, dejando el aire libre.

—Nos vemos en…

Traté de no perderlo de vista.

—¿En?

—En…

—¿En qué, Estela? —preguntó, sacándome de mi esfuerzo en que no se perdiera de mi perspectiva—. A veces pienso que Hades te hizo un amarre o algo así.

Un beso bajo las estrellas ©✓Место, где живут истории. Откройте их для себя