★CAPÍTULO 30

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“La infancia es algo que te pasas el resto de tu vida intentando superar.”

ESTELA TESSIER

Hannah se había encerrado en mi baño y tenía más de media hora sin salir, solo se escuchaba el agua de la ducha saliendo y estallando contra el suelo ruidosamente. No me molesté en revisar si ella estaba bien porque no podía moverme.

Esa perspectiva mía, sentada en la cama con lluvia y la única luz que entraba a mí cuarto era la natural, por lo que una mitad se encontraba oscura, esa situación se me figuraba tan familiar.

Una lágrima viajó por mis mejillas, llegó a mis labios y cayó en aquel papel con mucha información médica. Mi mente no podía entender el porqué de las cosas. Yo siempre fui sana, me cuidaba mucho.

Ese diagnóstico fue como la pieza que completó mi rompecabezas.

Después de que Hannah se durmiera a mí lado, me retiré de la cama lentamente sin que se diera cuenta y encendí mi laptop, alejada de ella.

Anemia.

Insuficiencia de glóbulos rojos saludables debido a la falta de hierro en el cuerpo. Debido a la deficiencia de hierro, los glóbulos rojos no pueden transportar suficiente oxígeno a los tejidos del cuerpo > definición de internet.

Me tranquilicé al saber que las agudas se curaban con tratamiento, pero llegó un momento donde absolutamente todo me afectaba y sentía que algo iba a pasarme. No tenía suficiente información, esa noche no dormí por estar investigando, y la presión que sentía en el pecho tampoco me dejaba estar tranquila.

El dolor en el pecho era un síntoma que por muchos meses estuvo presente, ese en específico era un síntoma de anemia más avanzada. Uno de los tratamientos puede ser tener una transfusión de sangre para aumentar los glóbulos rojos.

Las dudas surgían cada vez más en mí cabeza porque las páginas de Google me confundían mucho, no tenían información exacta. Me estaba estresando. 

Al día siguiente fui a un doctor especializado y tal cual sospechaba: Mi anemia era más avanzada.

¿Era muy tarde? Fui muy estúpida al no preocuparme antes, lo dejé pasar y ahora pueden haber consecuencias. Una sensación de culpa llenó cada célula en mí.

Desde entonces comencé a tomar medicamentos para tratar de calmar los síntomas y tratar de curarme, pero lo mejor era una transfusión de sangre y por ese entonces no había nadie ofrecido que pudiera donar. No había mi tipo de sangre.

[...]

Revolvía la sopa con la cuchara una y otra vez, sin apetito alguno. Esos días había comido obligada, si de por si no tenía ganas de comer todo lo que pasaba me quitaba más las ganas de digerir algo. 

—¿Quieres que juguemos al avioncito o sí vas a comer? —Mamá murmuró a mi lado con humor, acariciando mi espalda delicadamente con su mano.

La luz en el techo se reflejó en mi rostro pálido y desanimado, negué sin darle a entender que quería.

—Se enfrió la sopa —susurré mirando como mi plato aún estaba lleno.

—¿Tomaste tu medicamento?

Asentí.

—La Sra. Barrel me dijo que llevaron a Hannah al doctor —avisó antes de meter una cucharada de verduras a su boca—. Tiene señales de abuso sexual.

Apreté mis labios con un poco de culpa, ¿Cómo eso había pasado? Quizás sí yo hubiera estado más pendiente de ella eso no pasaba.

Jackson fue interrogado y las dudas en él decayeron, él no había sido.

Un beso bajo las estrellas ©✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora