★CAPÍTULO 22

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“Si te vieras con mis ojos… Entenderías”. (Frida Kahlo)

ESTELA TESSIER

Eso, técnicamente, era imposible.

Si, imposible. Había cambiado mi número de teléfono aunque ya no volvió a molestarme, es mejor ser precavida que pasar una desgracia.

Axel no quitó su mirada de mí, sé que notaba lo nerviosa que me puse, él me conocía muy bien. En un solo movimiento le arrebate el celular de las manos y corté la llamada. Efectivamente, era uno desconocido, el de él.

—Estela —era claro que sospechaba algo.

Tragué saliva, sacudiendo mi cabeza un poco y cortando la llamada.

—No tengo idea.

Excusas.

Axel enarcó una ceja como si no me creyera nada, pues por mí reacción él notaba que mis nervios se activaron.

Debo decirle a alguien.

—Entremos, ya es tarde —farfulló antes de entrar al departamento, cosa que yo imite.

Al entrar nos quedamos viendo películas en la sala de estar, como de costumbre. Sin embargo sentía la tensión y miradas que me daba, curiosas.

En parte entendía su preocupación, él tenía derecho a preocuparse. Sentía culpa por no tener el valor de contarle a alguien, así tenga mucha confianza es difícil. Piensas que ellos te entenderán pero en ese momento tú cabeza empieza a crear miles de pensamientos inseguros.

"¿Y si me juzga o me llama dramática?"

Por pensamientos así me quedaba callada.

Pero ya no.

Lo miré atenta, él no quitaba su atención de la pantalla en toda la oscuridad. Jadeé al ver lo que Axel miraba sin perderse ni un detalle.

Estaban matando al amigo del protagonista en la peli, sin ninguna censura.

Auch.

Unas cuantas palomitas de maíz rebotaron del frasco con el brinquito que dio Axel en el sillón.

—¡Sabía que moría! —Su predicción se cumplió.

Apagué el televisor con una cara de disgusto.

—¡Ey! —se quejó ofendido, mientras yo me levantaba del sofá y prendía la luz de la sala.

—¿Qué? Sabes que no me gustan las películas tan...crudas.

La incredulidad se hizo presente en sus ojos entrecerrados.

—Pero si ves casos de asesinos seriales.

—Es diferente.

Blanqueó los ojos con diversión y dejó caer su cabeza a la almohadilla del sofá.

—¿Quieres ver "the amazing spider-man"? Aún no tengo sueño.

Mis cejas se alzaron en protesta. Eso era demasiado para mi pequeño y pobre corazón.

Bufé riendo, sentándome a su lado de nuevo—. Lo siento, no quiero volver a sufrir por Gwen. —Hice un gestó de desinterés con mi mano.

El silencio se hizo espacio de nuevo. Con la luz encendida todo era más incómodo porque sí podíamos notar nuestras miradas.

Axel ladeó su cabeza a un costado—. Cuéntame, Estela. No es bueno que te guardes eso.

Mordí mi labio inferior, pensando. Sabía que era lo correcto decirle, Axel no me juzgaría ni nada malo, él definitivamente me ayudaría de inmediato.

Un beso bajo las estrellas ©✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora