Capitulo 32: El Primer Movimiento

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Pasaron la noche en Yummeng y al día siguiente se dispusieron a salir en busca de "un entrenamiento" con su líder, el cuál en un principio se notaba "humilde", sin embargo, mientras más se alejaban del muelle y se adentraban más hacia las profundidades marítimas, las cosas comenzaban a empeorar.

- Vamos señoritas, ¿No que estaban muy animados? –

- ¿No dijiste que era "tranquilo"? – Reprochó Jiang, sus piernas le dolían, ya que traían consigo una piedra en cada pierna, haciendo que su peso fuera aun más

- No creí que nos podría a hacer resistencia tan temprana – Respondió igual de dolido

- Están tan acostumbrados a su propio peso, que es fácil moverse, sin embargo, ninguno de los dos pudo esquivar mis ataques y eso me decepciona – Viendo de reojo a Wuxian – Te has hecho perezoso, pero, está vez, los volveré agiles, veloces y fuertes – Soltando la carcajada

- Creo que, se cayó de su cama por la noche – renegó Wuxian

- Tsh, tu estabas entrenando con él, ¿Acaso no dio resultados? – En su espalda cagaban un asiento de madera, sin embargo, los llevaban con piedras y en cada cierto punto les añadía más, solo de esas que se encontraba en el camino, desde pequeñas hasta grandes.

- Si, pero, jamás se había puesto tan intenso como ahora, obligarnos a usar nuestra energía para mantener las piedras intactas en el caminar, sin una tela o cuerda que las sostenga – por primera vez el carmesí se estaba quejando

- Vaya, hasta que por fin dices algo coherente – No habían avanzado mucho desde que iniciaron con ese "entrenamiento", ya que, cada vez que a alguno se le caía una piedra por falta de fortaleza, hacia que las tiraran y colocaba el peso de una sola piedra de lo que llevaban, y mientras más avanzaban más les incorporaba.

- Pues si dejarás de equivocarte y tirarlas, no estaríamos en esta situación, cada vez es más pesado – agrego Wuxian.

- ¿Yo?, ¡tú también has tirado algunas! – Exclamó.

- Señoritas, dejen de quejarse tanto y sigan avanzando – La presión de llevar cargadas las piedras sobre su espalda y mantener la concentración para que este mismo peso no dañe sus alas, y mantenerla para que no cayeran al suelo, era un entrenamiento físico mental y estar distraídos no ayudaba del todo.

- Bien, ¡vayamos por esa pendiente! – Los dos apenas y llegaron a la parte alta del camino y ahora debían descenderla

- No sé que sea más problemático, el ascender o descender – frunció el ceño.

- Bueno, al menos él también lo está haciendo – pero, se sorprendían bastante al ver que las piedras de ese Phoenyx no eran como las que ellos cargaban, si no más grandes y pesadas, obviamente las de sus piernas eran igual de grandes y este llevaba en sus brazos y pecho.

- Él está cargado si acaso lo cuádruple de lo que nosotros llevamos, ¿Cómo lo hace? – ambos yacen agotados y no podían siquiera respingar en tomar agua, ya que eso les costaría 20 piedras más.

- Creo que el apodo "Oso" le queda corto ahora – haciendo que ambos riesen, de pronto sintieron un peso más sobre su espalda.

- Tsh, creo que te escuchó – Gruño Jiang.

- Avancen señoritas, ¿Es todo lo que pueden hacer? – regresó la vista hacia ellos y los vio con la columna curveada, y vista gacha, los espero y una vez pasaron por su camino, golpeo su cintura para enderezarlos – Deben caminar siempre rectos, ¿Acaso han olvidado las clases de modales? –

- ¿Qué?, ¿¡También eso hay que cuidar!? – Grito Jiang.

- ¡Por supuesto!, ¡somos criaturas finas y dignas! – Regañó el mayor. - ¿Cuándo han visto a un Phoenyx curveado y babeante por el camino?, ni los ancianos eran tan perezosos. –

¡Un Phoenyx Enamorado!Where stories live. Discover now