Capitulo 3: "El Terror en el Clan de las Estrellas"

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Huoxing "Estrellas de Fuego"

Las tierras más antiguas del mundo ancestral tenían por ubicación fuera de todo mundo, distancias lejanas y fortalezas impenetrables, donde los vientos eran libres convirtiéndose en la frescura que roza a las alas de los mayores, casi por dobletear su cuerpo logrando emprender el vuelo sin problemas, siendo aerodinámicos, incluso lograban realizar maniobras fuera de la realidad.

Criaturas majestuosas al alcanzar la edad de un adulto, superando las pruebas de dicho clan, convirtiéndose en los más buscados para la cacería o venta en los mundos bajos.

Los Phoenyx permanecían por encima del Clan Gusu Dragón Blanco, fuera de toda mitología, algunos les llamaban "Los Herejes" por no orar a sus Dioses, sin embargo, los Phoenyx contaban con muchas habilidades de los cuales muchos querían optar por robar, incluso se decía que si bebías la sangre de estos te harías inmortal.

Una parte de la historia era verdadera más no se alcazaba la inmortalidad solo por capricho o su sangre, sino que dependía mucho del Phoenyx que decidiera estar a su lado.

Son criaturas misteriosas y muy complejas, traviesos, curiosos, llenos de las ganas de explorar.
Todo iba bien como cualquier otro día en su bello paraíso, donde las montañas más altas tenían su lugar y los rascacielos su hogar eran.

-¡Jiang!, ¡Corre!, ¡No te quedes atrás!- Exclamó aquel pequeño de ojos semi-grises, sonrisa amplia y cabello alborotado.

-¿Porque la prisa A-Xian?- Cuestionó una joven detrás de ellos, hermana mayor de ambos. Allí todos eran familia y a la hora de "La unión matrimonial" los títulos solían cambiar.

-Vamos Shijie, no debemos perdernos el gran espectáculo- Los tres corrían hasta el gran acantilado, allí los sabios formaban hileras larguísimas de arqueros, con sus flechas lanzaban fuego al infinito, realizando un espectáculo estelar.

-Pequeños ¿Qué hacen ustedes aquí?- Los tres se percataron de la madre del alborotador, este de inmediato se acercó a la mujer que yace escuchándolos, dedicándole una bella sonrisa. -Wei Wuxian, ya les he dicho que este lugar no es para niños- Empujándoles amablemente a regresar a la aldea.

-¡Queríamos ver la danza de flechas rojizas!- Entusiasmado respondió su hijo, de inmediato la sonrisa de su madre, más la proximidad a este y con suavidad tomó sus mejillas.

-No debes olvidar que las flechas se lanzan al descanso de un Phoenyx- Afirmaron los tres.

-Entonces ¿no debería de ser una celebración?- Negó la mayor a la cuestión de los menores.

-Se vuelve una celebración, debido a que volverá a renacer como el nombre de nuestro Clan, somos criaturas con esa habilidad, recuerden que las flechas son lanzadas para guiarle en su retorno- Haciendo que los niños se emocionaran. 

-¿Cuándo mueras volverás a nosotros?- Dijo Wuxian, su madre únicamente sonrío de medio lado, afirmando la pregunta. -¡Sí!- Los tres continuaron jugando y regresaron a la aldea, la mayor se levantó viendo que sus cielos se volvieron rojos, algo no andaba bien, más sospecho que se trataba de un cambio solar.

Optó por ignorar y seguir con su camino, tomó entre manos una canasta con fruto rojo.

-Incluso si logramos reencarnar, hay una manera en la que no podremos hacerlo mi pequeño- Decía para sí misma, caminando por el pastizal de vuelta a casa, por los pequeños arbustos que hay sobre el camino y las montañas. -Muy pocos dichosos son capaces de volver, más si das tu vida por voluntad...- Se detuvo, una vez más el fuego se hizo presente, sintió aquel malestar en su pecho, tirando la canasta dirigiéndose lo más pronto posible al menor. -¡Wei Wuxian!- Gritó, buscando entre los cuerpos que yacen en los suelos ensangrentados, algunos con sus alas descuartizadas, otros sin sus cabezas, brazos, piernas, partidos a la mitad, una escena de terror, viseras por doquier, de pronto se detuvo de inmediato al ver a los causantes de la temible escena, "Los Forajidos".

¡Un Phoenyx Enamorado!Where stories live. Discover now