Sangre fría (parte 1)

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Llevaban varios días siguiendo a Reece, quien creía que Óscar estaba en un viaje de trabajo, lo que no sabía, es que este huía de sus enemigos de HYDRA.

Berycloth cometió un grave error, llamar a Reece para verse, la extrañaba y quería pasar tiempo con ella. Pues nadie sabía que ella era parte de su vida, o al menos eso creía él. Tenía la oportunidad de ver a la mujer que tanto amaba.

Con mucha ilusión, se citaron en la casa de Reece, sin imaginar lo que sucedería después.

"Está de más decir que debemos ser cuidadosos, sin ningún margen de error, ese traidor ni siquiera se imagina que sabemos de ella, quiero verlo sufrir tan desgarradamente que hasta después de muerto se sienta miserable, PLAN SECOND EN MARCHA" Baron Von Strucker.

Óscar y Reece estaban terminando de cenar, él la veía con tanto amor y tanto deseo, quería besarla hasta más no poder, hasta que su respiración se agotara, estaba perdido en sus pensamientos, miraba sus labios y sus ojos hipnotizantes, hasta que dieron sorprendidos por un hombre que iba arrasando todo a su paso, se dió cuenta que no era cualquier hombre, era aquel tipo con brazo de metal, HYDRA lo había encontrado.

Al notar la presencia de aquel hombre trataron de esconderse, pero fue en vano, este ya había localizado su objetivo y estaba dispuesto a acabar con ellos y con todo lo que se lo impidiera.

Berycloth luchó con todas sus fuerzas, no permitiría que le hicieran daño a Reece, sabía que ella era si debilidad. Por eso era hora de llevar a cabo el plan.

El hombre con brazo de metal, cabello largo y mirada fría, los amarró, los torturó con demasiada fascinación y demasiada lentitud. Todo por cuánto pasó por su mente, golpes, patadas, cortadas y de más.
Pero esa tortura recién empezaba, su misión era ver sufrir tanto a Óscar, que el mismo deseara que lo mataran.

Este agarro a Reece por el cabello y le dió varias bofetadas y puños en el estómago, luego la desató, y la subió a la mesa donde Berycloth y ella estaban cenando, comenzó a tocarla, presionaba cada vez más sus manos en el cuerpo de la mujer, ella intentaba soltarse pero era inútil, intentaba gritar pero tenía una mordaza en su boca, Óscar veía toda la escena, lloraba y hacia todo cuánto podía para soltarse, sin ningún resultado. Mientras aquel hombre seguía con su misión.

LOVELACE (Natasha Romanoff y T/n Lovelace Ward)Where stories live. Discover now