LOVELACE (Natasha Romanoff y T/n Lovelace Ward)

Necesitas Perdón

Unas horas después…

Aarón se ha llevado a Hope para que duerma porque ya es un poco tarde.

Nat está en el sofá leyendo un libro, se ha quedado conmigo en la habitación, no ha querido irse a la suya. Ha estado aquí desde que desperté.

La observo detalladamente, es hermosa. Cómo me sabe mal todo esto que está pasando.

Sé que lo de Yelena le ha afectado aunque no lo acepte. Y lo del embarazo pues bueno… no hemos hablado mucho, no me apetece para nada.

A los segundos se da cuenta que la miro, es como si tuviera un radar, me mira ella con una sonrisa ladeada.

— ¿Qué? — me encojo de hombros — ¿No puedo mirarte ya?

— Por supuesto — cierra el libro y se levanta — me encanta cuando me miras, de hecho — se sienta en el borde de la cama toma mi mano y deja un beso en ella, poco a poco voy cediendo al contacto físico con Nat — me encanta cuando el océano de tus ojos está sobre mí.

Sonreí como tonta, pero todo rastro de sonrisa se borró cuando detallé a mi rusa.

— Te ves cansada, tienes que dormir un poco — le digo en tono de reproche — ¿Hace cuánto no lo haces?

— Eso no es importante ahora.

— Contesta mi pregunta Natasha, o me enojaré y no querrás verme enojada.

Parece ceder un poco.

— Desde tu secuestro — habla mirando a otro lado — necesitaba encontrarte y dormir no era una opción.

— ¡Ey! Mírame — aprieto su mano — sé lo que estás pensando y ya te dije que esto no es tu culpa, no sabíamos lo que iban a hacer. Era imposible saberlo.

— No era imposible, Yelena siempre fue vengativa, rencorosa, debí suponerlo y adelantarme, ese día no debí echarla de aquí la hubiese podido vigilar mucho más de cerca, la dejé ir y fue mucho más fácil para ella — dijo amargamente.

— Mi amor — acaricié su rostro — sé que te frustra, pero hay que aceptar lo que pasó y superarlo… no podemos hacer más nada con el pasado — suspiré pesado — yo sé que es lo que realmente te pasa.

— No lo sabes — dijo seca — no sabes nada.

— Recuerda que soy tu novia, y te conozco más que ninguno.

— ¿Según tú qué es lo que me pasa? Quiero escucharte — se levantó enojada mirándome fijamente

— Necesitas a alguien que te perdone, que te perdone porque crees que me descuidaste, que te perdone porque crees que me colocaste en peligro, necesitas a alguien que te perdone por quitarle la vida a Yelena, a Frank y a esa chica. No querías más números rojos en tu lista, por eso necesitas perdón — su cara de sorpresa lo dice todo.

— Eso no es así, yo no necesito nada — habla y irritada con los brazos cruzados