T/n Lovelace Ward, una chica experimentada desde temprana edad por el grupo criminal más grande que haya existido: H.Y.D.R.A
Por cosas del destino y para su mala o buena suerte coincide con el grupo de súperheroes que protege el planeta.
¿Encontra...
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Narra T/n.
Se ha quedado muda, no puedo descifrar su expresión pero se le ve perdida, quien no lo estaría.
Lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, es demasiado abrumador todo esto.
- Quiero estar sola ¡Por favor! - hablé con mi voz fría, sin sentimiento alguno.
Luchaba todo lo posible por no quebrarme. Ella pareció reaccionar.
- Cariño...
- Natasha - tragué en seco y luego miré hacía el rincón de la habitación - no tienes que decir nada, sé que esto tampoco es fácil para ti, necesitas procesarlo - la escuché gruñir levemente - entenderé si no quieres seguir conmigo después de esto, al fin y al cabo voy a quitar una vida inocente.
Seguía mirando al rincón, mi mirada estaba lejos de ser la misma, si tuviera que describirla podría decir que ahora está más apagada, más triste de lo normal, inerte y fría.
- No voy a dejarte, no voy a alejarme de ti solo porque las cosas se complicaron un poco.
- ¿Un poco? - dije sarcástica - Natasha, por mi culpa los mataste, debí morir, tenían que matarme a mí, ese día debí ser yo , no ellos. Cómo crees que me siento, Sara debe estar odiándome Frank era su hermano, ¿Y su madre? Joder... Y tú no debes estar lejos de hacerlo, Yelena era tu hermana.
- No te mates la cabeza - me mira ahora seria, su expresión cambió drásticamente - Y Yelena no era mi hermana.
- Claro que lo era Natasha.
- La familia que teníamos no era real, estuvimos unos años juntos por una misión, cuando pudieron nos entregaron a la habitación Roja, no eran mis padres y Yelena tampoco era mi hermana y lo que te hizo a ti... fue la gota que derramó mi vaso - Su tono de voz es demasiado frío.
- Estás sufriendo por eso y no puedes negarte a sentir, te conozco - alcé la voz y la miré ahora - amabas a Yelena, aunque no fuera tu hermana biológica, le amabas
- No voy a dejarte así me lo pidas.
- Natasha, no tienes que quedarte por lástima - limpié una lágrima que apenas se escurría por mi mejilla.
- ¿Acaso no me estás escuchando? Créeme que no es eso lo que siento, cariño, estoy lejos de sentir eso por ti. Eres el amor de mi vida, T/n, jamás pienses que te voy a dejar, mucho menos ahora - tomó mi mano y la besó haciéndome tensar, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, no estoy preparada para contacto alguno después de lo que pasó y ella se ha dado cuenta - ¿Estás bien?
Negué varias veces, no puedo ocultarlo.
- Preferiría que me avisaras antes de tocarme - la vi tragar en seco - Siento cómo se esfumó toda la seguridad que tenía en mi misma, siento como una ola fuerte me lleva hasta lo profundo del mar y me ahoga, preferiría morir mil veces antes de seguir así Natasha - mis ojos se empañaron por el llanto que ya estaba a flor de piel - como me gustaría no sentir nada, nunca más - sollocé
