LOVELACE (Natasha Romanoff y T/n Lovelace Ward)

Epílogo

10 años más tarde.

Nuestra vida ha cambiado bastante desde que nos casamos. Era de esperarse.

Pero sucedieron muchas cosas que no esperábamos.

Un año y medio más tarde nos retiramos del equipo y decidimos vivir en un lugar diferente a la torre, lugar con el que nos sorprendieron Chris y Aaron como regalo de boda, ellos ahora viven juntos en Italia y planean casarse pronto.

Años más tarde de nuestra boda empezamos a hacer el tratamiento para poder tener hijos, y lo logramos.

Aquí ha crecido nuestra preciosa hija, Allisson, bajo estrictos cuidados ya que heredó mis poderes, hemos tratado de enseñarle todo lo que sabemos y toda la responsabilidad que conlleva tener nuestros dones.

Sam Wilson es ahora el encargado de reclutar nuevos chicos para formar una nueva generación de vengadores, nuestra pequeña quiere ser parte de ellos, algo con lo que Nat no está de acuerdo, no todavía, es solo una niña de seis años, aunque yo lo veo como una idea de mejorar sus habilidades, pero debemos hablarlo, en familia, como lo hacemos todo. 

Hope por supuesto vive con nosotras, es también nuestra hija, la queremos demasiado y ella nos quiere como sus madres, nos lo ha dicho.

Wanda se casó con Visión hace dos años y tienen dos hermosos bebés, Pietro y T/n Maximoff, en honor a su hermano y a mí porque siempre le gustó mi nombre.

Pietro murió en una misión hace cinco años, una pérdida muy difícil e irreparable para Wanda, al igual que lo fue para Clint ya que nos enteramos que llevaba una relación extramatrimonial con el Sokoviano, y lo mismo fue para nosotros, era un gran ser humano, un gran amigo.

Tony vive con Pepper, la protegió siempre, estuvo ausente en nuestras vidas ya que mi hermano no quería colocarla en peligro, y ahora que se ha retirado vive en una hermosa cabaña con su hija, Morgan.

Las Collins acogieron a Sara en su casa, las tres nos visitan cada que pueden, y por cierto, Sara tiene una relacion amorosa con Peter Parker quien no perdió el tiempo de cortejarla desde la boda.

Steve le dejó su escudo a Sam y siguió viviendo en Wakanda junto a Barnes, no sé qué tipo de relación llevan esos dos, tampoco me interesa.

Han sido muchas cosas en estos años... pero nos han hecho más fuertes que nunca.

— Mami, es hora de abrir los regalos.

— Hope cariño, acompaña a tu hermana mientras saco las galletas del horno.

Los gritos eufóricos de mis chicas preciosas se escuchaban por toda la casa.

— Cielo, necesito un poco de ayuda — desde la cocina una Natasha bastante atareada necesitaba de mi presencia, como siempre.

— Aquí estoy preciosa — llegué depositando un beso en sus labios y ordenando las galletas en una bandeja enorme mientras ella servía sonriente un poco de chocolate en cada taza — Vamos o estas chicas van a abrir los regalos sin nosotras — doy otro beso en sus labios y salimos de la cocina hacia el enorme árbol en la sala.

Estábamos en navidad y se nos había hecho costumbre abrir los regalos comiendo galletas y chocolate, a nuestra pequeña Allison le encantaba.

— Mami, te tocan las palabras este año.

Antes de abrir los regalos siempre decíamos algo y cada año lo hacía una de las cuatro. Esta vez era mi turno.

— Ok, al centro las tazas — las cuatro lo hicimos, hace parte del ritual navideño — con cuidado que está caliente — reímos y empecé — Soy afortunada de tenerlas a las tres en mi vida, son el tesoro más preciado que tengo, tu mi amor — miré a Allison — has sido mi luz y mi esperanza — me tira un beso que atrapo con mi mano libre — Princesa — le hablo a Hope a quien tengo al lado — gracias por abrir tu corazón, por querernos como tus madres — la veo llorar — gracias por ser paciente con tu hermana, por ser una chica ejemplar y esto va para las dos — aclaro mi garganta porque también he empezado a llorar — luchen siempre por lo que quieren, sean lo que quieran ser siempre y cuando no le hagan daño a nadie, son mi orgullo — sonríen nostálgicas asintiendo — y tu mi reina — miro a Nat — Gracias por amarme, por darme esta hermosa familia, por ser mi talón de Aquiles cuando lo necesito, por ser mi soporte, por estar a mi lado en las buenas, en las malas y en las peores, por tenerme paciencia a mí y a este par de chicas traviesas — reímos todas — y ahora si a tomar el primer sorbo que se enfría.