Mi querida T/n

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Había pasado una semana desde aquel encuentro con Frank, no nos habíamos visto desde ese día, se sentía extraño la distancia de los dos. Él era quien me hacía salir de ese mundo vacío en el que me sumergía cada día de mi vida.
No habíamos hecho ni el intento de cruzar miradas. Teniendo también como desventaja el control mental al que fui sometida para realizar las misiones asignadas de H.Y.D.R.A. en esa semana.

NARRA FRANK

Se que ella me dijo que no hiciera nada estúpido, pero yo no puedo seguir viendo la forma tan inhumana en qué la tratan. Esta semana no hemos hablado y me duele en el alma, ella es muy importante para mí, ella lo sabe, pero estaremos bien. La enviaron a algunas misiones y no quiero imaginar lo que le tocó hacer.

Mientras ella estuvo en esas misiones yo aproveché para organizar mi plan, no iba a quedarme de brazo cruzados, voy a ayudar a quien considero mi hermana ahora.

NARRA T/N

Estaba acostada distraída mirando al techo, cuando de repente el sonido se la puerta y algunos pasos se hicieron notar sacándome de mis pensamientos, eran dos hombres vestidos de doctores, me agarraron a la fuerza y yo me resistí en ir, sabía que no era para nada bueno. Uno de ellos incrustó una jeringa en mi cuello, e inmediatamente caí desmayada.

Unas horas después desperté en una habitación con mucha luz y paredes blancas, intenté abrir mis ojos poco a poco, las luces eran muy fuertes, quise levantarme pero mis piernas y manos estaban atados a una camilla, y en mi cuello tenía una especie de collar, al parecer
un inhibidor de poderes. Lo sabía porque Frank era quienes los fabricaba y me había mostrado un poco.

A los pocos minutos ví entrar a lo mismos que me trajeron, pero esta vez con una compañía inesperada;

T/n: Strucker, Méndez - les dije dándoles una fría mirada.

BS: mi querida T/n, cuánto tiempo sin vernos, me gustaría pensar que te alegra verme, pero me temo que no es así.

T/n: ¿Qué hago aquí? ¿Que me harán?

BS: No seas impaciente mi niña, pronto lo sabrás.

Strucker le dió una señal a Méndez y de inmediato sacaron una jeringa mucho más grande y la inyectaron en mi cuello.

Lo que me inyectaron estaba realizando efecto bastante rápido, jamás había sentido esto, este dolor, duele demasiado, mi cabeza me iba a estallar, el dolor es insoportable, me arde todo el cuerpo, gritaba con desesperación, mordí mis labios con tanta fuerza hasta el punto de hacerlos sangrar, para luego caer desmayada en la camilla.








Espero les esté gustando la historia, es mi primera vez escribiendo. Espero que continúen, trataré de sacar capitulo todos los días. Abrazos a todos ❣️

LOVELACE (Natasha Romanoff y T/n Lovelace Ward)Место, где живут истории. Откройте их для себя