LOVELACE (Natasha Romanoff y T/n Lovelace Ward)

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Estamos todos luchando, aunque a regañadientes de Nat, me he unido a la batalla.

No tuvo tiempo de oponerse porque muy a su pesar, nuestros adversarios atacaban y no había más remedio que continuar con la pelea.

Cuando de repente salgo volando siendo lanzada por alguien.

— Auchhh, ahora se ensució mi traje… — digo sacudiendome la arena.

— Estaba esperando muy ansiosa este momento — escucho una voz muy conocida y muy molesta — ahora somos las dos, sin nadie quien te defienda, sola — dice viéndome con bastante ira. 

— Ella no está sola — dice Nat quien llega acompañada de Wanda y Okoye llamando la atención de la extraterrestre con cachos quien gruñe con irritación.

— Si te interpones en mi camino, tampoco tendré piedad.

— Sabes, empiezo a creer que tienes un crush con nosotras, en otra circunstancia te dijera que hiciéramos un trío, pero además de ser nuestra enemiga, eres horrible — hago una cara de asco y una sonrisa burlona sale de los labios de Wanda.

— ¿Es en serio? ¿Un trío? — habla Nat con reproche. 

— Ya ves, mi prometida tampoco lo aprueba y yo le hago caso a mi prometida. 

— AHHHHH — grita enfadada y se lanza contra mi con su espada que esquivo habilidosamente levantándome y agachándome nuevamente al ver que sigue atacando. 

De repente veo sus piernas desestabilizarse y caer al suelo, detrás aparece Nat dándole una patada por la espalda. La extraterrestre se levanta mirándola a ella y a Okoye quien se prepara con su lanza para atacar. 

Sin pensarlo dos veces se lanza contra ellas iniciando una pelea reñida, cuando veo que una energía escarlata la rodea y la levanta haciéndola estrellar contra una de las máquinas de su propio ejército y salpicarnos de su sangre..

— Iuuu — digo con asco limpiandome la cara — eso fue asqueroso, Wanda — la miré mal.

— Chicas, Visión y el cap necesitan ayuda — habla Sam — creo que están con el otro hijo de Thanos. 

— Enseguida vamos  — habla Nat y me hace rodar los ojos. 

Si bien estamos luchando juntos, el capitán Rogers no es santo de mi devoción. 

Salimos corriendo hacia donde nos dice Sam y en el camino veo a Barnes acercarse quedando frente a frente mientras nos miramos seriamente. 

— Sé que no quieres escucharme, pero tendrás que hacerlo en algún momento. 

— Eso si vives para contarlo — respondo — no te ilusiones, tú y yo no tenemos nada de qué hablar, mataste a mi padre y a la madre de Tony, violaste a mi madre y mataste a su novio le hiciste daño a mi familia. No esperes nada de mi, no voy a perdonarte por eso, jamás me entendiste. Ahora apartate de mi camino — el hombre del brazo de metal de queda callado sin moverse — dije que te apartes, AHORA. 

Él estaba en alguna especie de shock 

— Barnes es mejor que te alejes — llega Nat al darse cuenta agarrándome del brazo y llevándome con ella — ¿Estás bien? 

— Estaré bien cuando todo esto acabe, mientras tanto, vamos por Visión.

— Y Steve — volví a rodar los ojos viendo una sonrisa burlesca tomando el camino hacia donde estaban los demás. 

El aire comenzó a sentirse muy espeso, se sentía un ruido muy extraño y una tensión difícil de descifrar, sentía un poder muy fuerte.

Él está aquí.