Capítulo 2 ~ 10 años perdidos en 10 segundos.

1.9K 142 101
                                    

La infancia de Maggie no fue complicada, la pequeña había crecido rodeada de todo el amor que unos padres amorosos le podrían proporcionar. Aunque no pasaran mucho tiempo con ella, le habían proporcionado todas las comodidades para que fuese feliz.

Tenía una dulce niñera que no pasaba los 26 años y cuidaba a Maggie para poder pagar sus estudios en administración de empresas. Virginia Potts cuidaba a Maggie cada vez que Sarah y Robert tenían una emergencia. La chica siempre adaptaba sus horarios para poder cuidar de Maggie, tenían una relación muy cercana, de hecho Maggie la llamaba Pepper, Virginia era un nombre muy serio para una chica tan dulce.

El 10 de marzo del 2003 Sarah llama a Pepper para darle la noticia de que no la cuidaría esta noche, Sarah y Robert habían cuadrado sus horarios para pasar ese tiempo con su hija, luego de eso iban a escapar. Sarah tenía todo arreglado, Tony le proporcionaría trabajo a Pepper como su asistente personal, no quería dejarla sin trabajo, además de que en la empresa podría conseguir otro empleo cuando terminara sus estudios, era una chica a la que le había dado la confianza de cuidar a su rayito de sol, se merecía lo mejor del mundo y al final del día cuidar de Tony no sería muy diferente de su empleo como niñera de Maggie, a veces Tony podía ser todo un niño pequeño, él y Maggie compartían eso.

— Ya llegué mis amores. – dijo Robert al abrir la puerta de manera efusiva.

Estaba muy feliz, por fin pasaría todo el tiempo con sus dos mujeres, sin misiones, sin armas y sin peligro. No le gustaba su trabajo, pero su tío Alexander Pierce lo obligó a entrar en el mundo de S.H.I.E.L.D, no odiaba el trabajo del todo, pero ahora tenía una familia y no debía ponerla en riesgo.

— Papi!!! – Maggie corrió a los brazos fuertes de su padre, ese rubio con una barba a la que ya se le notaba unas pequeñas canas, pero con una sonrisa que hacía sentir segura a la pequeña.

— Feliz cumpleaños mi rayito de sol, te amo de aquí a Saturno.

— De aquí hasta Saturno... ¿Ya nos podemos ir a ver la película? , quiero ver a Nemo... – Maggie ocupaba esa dulce voz que hacía derretir a su padre.

— Margaret, debemos dejar que mami termine de hablar por teléfono, sabes que si no fuera importante no lo haría...

— ¿Habla con el tío Tony? – Maggie amaba al tío Tony con todo su corazón, sabía que no era su tío de verdad, pero su mami le había dicho que él era su hermano y ella era feliz con eso. El tío Tony siempre le compraba los juguetes más lindos, una vez hasta le fabricó una muñeca que podía decir su nombre.

— No cariño, está terminando los últimos detalles de nuestras vacaciones, nos iremos a un hermoso lugar por tú cumpleaños. Ahí estaremos unos meses y luego tendremos un trabajo tranquilo para pasar mucho tiempo contigo. – la voz de Robert le inspiraba suma tranquilidad a su hija, aunque dentro de la noticia le estaba omitiendo muchos detalles, obviamente no aptos para una niña de 10 años.

— ¿Dónde van a trabajar papi?...

— Vamos a trabajar con el tío Tony en su empresa, pero no aquí en Nueva York, el tío Tony abrió otra planta en Londres y necesita que tú mami se haga cargo. Tendremos una vida tranquila.

— ¿No más armas y gente mala a la que golpear? – la voz de Maggie sonaba emocionada, por fin podría pasar tiempo con sus dos padres y no tendría que verlos estresados luego de cumplir una misión, nunca les decía nada, procuraba ser una buena niña y no dar problemas.

— Nada de eso, ahora solo tendremos que ocupar trajes formales, colgar las armas, tomar los maletines y tu mochila para llevarte a la escuela, sé que te gustará.

— ¡¡¡Papi, es el mejor regalo de cumpleaños que me podrían haber dado!!! – Robert estaba en cuclillas y vio como Maggie se le abalanzó por el cuello abrazándolo muy fuerte.

Heridas de guerra | Bucky Barnes Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt