Capítulo 17 ~ Shield no es lo que creíamos.

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Maggie

Había pasado por situaciones incómodas a lo largo de mi vida, pero nunca pasé una como esta, nunca nadie me había preguntado de frente si ya me había follado al amado de mi abuela y estoy segura de que a ninguna le han hecho esta pregunta, (o espero que no, puesto que los amados de sus abuelas nunca lucirán tan follables como Steve).

— Tengo que irme. – Steve estaba haciendo lo posible para evadir a Sam. – tengo que ir por mi traje.

— Alguien está evadiendo preguntas como si fuesen balas. – bromeó Sam – es lamentable que no tengas el escudo en la mano, o si no me lo pondrías en la cara.

— Sam... – digo como para que se calle.

— Lo siento... Capitán, Natasha fue por su traje en la mañana, está esperándolo abajo. – al oír esto, Steve da la media vuelta, partiendo de vuelta al bunker. – no olvide darse una ducha con agua fría, o no le caerá el pantalón.

Steve se movió incomodo, pero no dejó de caminar, ni mucho menos volteó a responder la broma, pero sin dudas había entendido la referencia.

— Eres un desubicado. – suelto.

— ¿Desubicado yo?, desubicada tu mano que estaba justo en el miembro del capitán. ¡¡¿Te volviste loca?!! – aunque se ve enojado, no puede evitar la risa.

— Fue un accidente, mi mano llegó ahí sin querer. – trató de sacarme la charla que seguro va a darme.

— Maggie, no soy un estúpido, los dos estaban más calientes que adolescente leyendo un libro +21. – trató de no soltar la risa que me provoca su comentario, puesto que mis sueños de adolescente llevaban la cara del mejor amigo de Steve. – nadie te dice que no vivas tu sexualidad, pero prácticamente iban a follar en la azotea del bunker.

— No fue tan así. – me defiendo – solo la toqué por encima, no soy ninguna loca, no me lo iba a follar aquí, con ustedes abajo. Solo estoy algo nerviosa.

— Si tocarle el miembro a Steve te calma, pues lo traigo de vuelta y así te relajas. – hace el gesto de volver al bunker. – pero, ¿Qué hubiese pasado si Fury los veía?, te mandaba directo a un convento para sacarte esos pensamientos pecaminosos.

— No seas hipócrita Sam Wilson, mira que estoy segura de que mínimo has follado una vez. – odio cuando no aceptan que tener sexo es algo normal.

— Si, ¡¡pero nunca con el que pudo ser el esposo de tu abuela!!, lo que tienes con Steve no va a terminar nada bien.

— Solo fue una vez y fue solo sexo. No hubieron caricias ni palabras bonitas. Estaba triste y necesitaba olvidarme de que el hombre que está ahí adentro planeando la caída de Hydra, fingió su muerte. – obviamente iba a mentirle, fueron 6 veces, pero eso solo lo sabíamos el, yo y Peggy.

— Solo te pido que no te ilusiones con Steve, probablemente siga queriendo a tu abuela. – lo lanza sin anestesia.

— Por más amigos como tú Sam, muchísimas gracias. – suelto sarcásticamente.

— Mi tarea es recordarte que ese hombre estuvo dispuesto a casarse con su abuela. – responde.

— Lo sé y eres bastante bueno haciéndolo. Ahora vámonos, mira que luego de tocarle la polla al capitán, estoy lo suficientemente preparada para ser la carnada de la misión.

Sam rodea los ojos y me da permiso para volver al bunker, siento como viene detrás de mí, pero no me dice nada, mientras que él vuelve donde está el grupo, yo doy la vuelta para ir a un lugar que no veo hace mucho tiempo, pero donde pasé gran parte de mi estadía en el bunker.

Heridas de guerra | Bucky Barnes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora