Capítulo 42 ~ Pacto de paz.

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Maggie

— ¿Estarás bien? – preguntó mi tío Tony, antes de abordar el helicóptero, junto con mi tío Rhodey que lo acompañó, pero ni siquiera me di cuenta de que estaba cuando llegaron.

— Estaré bien...

— Sé que eres valiente, pero si vuelves a ponerte mal, no dudes en llamarme. – tomó mi cabeza y dejó un beso en mi frente. – eres mi pequeña y mientras yo esté, tú no estarás sola...

— Lo sé. – he estado reprimiendo las lágrimas, simplemente porque ya no me queda nada más que botar. – te amo...

— Yo también te amo, mi pequeño rayito de sol. – volvió a abrazarme, pero muy suavemente, como si fuese un jarrón dispuesto a romperse.

Vi como volvió su mirada hacia James que ha estado todo el día pendiente de mi y de lo que necesito, pero siempre con la debida distancia.

— No sé qué haces aquí. Pero no me gusta que tú presencia rodee a mi sobrina... – su tono se volvió más serio, nunca lo había escuchado tan enojado. – sé que tienen que hablar de muchas cosas y espero que cuando solucionen todo, te largues por donde viniste.

James bajó la cabeza, como si no supiese que responder.

— Yo sé que he cometido muchos errores, per-

— No he terminado. – lo interrumpió y me tensé ante el tono. – no sé si pensaste que, porque no tenía padre, tenías todo el derecho a pasar por encima de ella.

— No señor Stark yo-

— Si pensaste que era así, pues te equivocaste. – lo volvió a interrumpir. – en su momento defendí a mi hermana de Robert, aunque este no hubiese hecho más que quererla. – dios, nunca había visto a James tan nervioso – así que tenlo por seguro que puedo ser mucho más sobreprotector con ella y sanguinario contigo.

Abrí los ojos ante lo ultimo que dijo. Sé que es muy sobreprotector, lo fue siempre. Fue esa la razón por la que no le conté todo lo que me dijo James antes de irse. En su momento lo odié, pero quería que siguiera vivo.

Aunque obviamente tuve que contarle que James era el padre de Emma, porque claramente no me iba a embarazar del espíritu santo y mi tío no era ningún idiota.

Tuve que rogarle que no fuera a donde James y lo encarara por no hacerse cargo, apelando a que él no lo sabía. Le costó entenderlo, pero al final del día respetó mi decisión.

Ahora, en medio de todo el llanto, me pidió que le contara a James sobre Emma. No supe que decirle y en realidad no es porque no quiera, es que ha pasado tanto tiempo.

Y estoy segura de que su reacción no será la mejor.

Digo, James amará a Emma. Pero me odiará a mi en el camino.

— Merezco todas las reprimendas por faltarle el respeto a su sobrina. – dijo James, cuando recuperó el aliento.

— Si vuelves a hacerle lo que le hiciste, no dejaré que vuelvas a escapar. – mi tío Tony estaba hablando más de la cuenta. Claramente era hora de irse.

— No será necesario... Porque no volveré a escapar.

Rompí lo tenso del ambiente y volví a abrazar a mi tío Tony. Gran acierto, porque correspondió a mi abrazo y volvió a besar mi frente.

— Estaré bien... Te lo prometo...

— Dile a alguien que venga a acompañarte... Quizás Loki pueda venir. – dijo y presencié como el ambiente se volvió a tensar.

Heridas de guerra | Bucky Barnes Onde as histórias ganham vida. Descobre agora