Capítulo 3 ~ Había una vez en un bunker.

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8  años después...

— Maggie, llevamos 10 minutos esperando a que dispares, no es tan difícil, solo debes mantener la precisión, fijar la mirada en el blanco y las dos manos en el arma. – dijo Sharon a su prima Maggie, quien por fin había cumplido los 18 para ingresar como una agente de S.H.I.E.L.D.

— No puedo... no puedo darle precisión a mi mano, siento algo muy raro en mi pecho, perdóname Sharon – la voz de Maggie se redujo, estaba muy nerviosa, muy pocas veces en su vida había sentido esa sensación en el pecho, solo le pasaba en 3 ocasiones, cuando escuchaba a hombres con acento ruso, cuando escuchaba disparos y cuando escuchaba la canción de la película de buscando a Nemo, odiaba esa canción, la película era una de sus favoritas, o eso le había dicho su tío Tony, pero cada vez que llegaba la escena de la canción adelantaba la película.

— Esta bien Maggie, no voy a obligarte, pero la tía Peggy te obligará a hacerlo, aunque no trabaje aquí, llama constantemente a Fury para saber de tu proceso, terminemos con esto. – Sharon tomó el arma de Maggie y disparó tres veces al lienzo vacío del campo de tiro, vio como Maggie se llevaba las manos a los oídos, aunque tuviese los audífonos que le protegían del sonido, era la costumbre.

— Eres la mejor del mundo, gracias... – dijo Maggie, no solía tener una relación tan amorosa con Sharon, pero aquella rubia siempre la había tratado como su hermana mayor, o así la había visto Maggie, hasta tenían cierto parecido.

— Lo sé, ahora ve avisarle a Fury que terminaste tus pruebas, haz sentir orgullosa a la tía Peggy.

— No creo que eso sea posible, ni tampoco es lo que busco, solo quiero ser una agente para dejar de vivir con Peggy, tengo mucho que dar y nada que perder.

— Hablas como si tuvieses 50 años, chica, ¡¡solo tienes 18!! – dijo Sharon con tono vacilante, quería mucho a esa pequeña, de alguna u otra manera se sentía culpable al haber tenido vidas tan distintas, mientras Maggie tuvo que crecer de golpe, Sharon había vivido una infancia feliz y acompañada de sus padres.

— Vivo con una mujer de 75 años que no es muy positiva, de tal Peggy Carter tal Maggie Carter.

— Acabas de seguirme el juego, me daré por pagada.

— También tengo un tío que vacila mucho conmigo, he aprendido de los dos lados, pero no te acostumbres, tengo una cantidad restringida de sonrisas y las estoy guardando para ocuparlas con Fury.

— ¿Por qué no aceptas la propuesta de Fury?, ¿o la de Tony?, los dos te han ofrecido sacarte de la casa de Peggy...

— He pensado la de Fury, viviría prácticamente aquí, no es tan malo como lo pintan. Con respecto a Tony, no quiero entrar a una familia establecida, él y Pepper están viviendo felices su vida y su embarazo, no voy a llegar y esperar que me adopten, por alguna razón no lo hizo cuando tenía 10, ahora ya es tarde.

— Deberías de aprender a sanar Maggie, eres demasiado joven para tener tanto rencor en tu corazón...

— Siento que hay algo que me falta, un vacío dentro de mí, me duele no recordar nada de mis padres, nada bonito, nada especial. No voy a sanar porque no puedes curar algo que no cierra.

— Tú tío te ha ayudado a que recuerdes algunas cosas, ¿no ha servido?

— No... solo hace que me sienta peor.

Sharon iba a comenzar una charla motivacional de esas que Maggie tanto odiaba, no le gustaba que la miraran con pena, como si fuese una niña perdida que necesita que la salven, es por eso que había negado vivir con Sharon en su departamento de soltera o vivir con Tony en su mansión, ahora podía cuidarse sola. – Perdóname Sharon, pero ya tengo que irme, Fury me está esperando y no puedo hacer esperar al jefe. – antes de que Sharon formulara una palabra, Maggie ya había cruzado la puerta de la sala de tiro.

Heridas de guerra | Bucky Barnes Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin