Capítulo 52 ~ El legado de las Carter.

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Maggie

Hace una semana que no sabía absolutamente nada de la decisión de Fury. Lo llamaba todos los días y todos los días me prometía que sacaría a mi familia de Madripoor. No me servía, su inoperancia no me servía y aunque sabía que gran parte de esta mierda era mi culpa, Fury no ayudaba.

Así que había decidido que haría las cosas a mi manera. Además, estar a favor de la ley nunca fue muy de mi estilo.

— ¿A cuántas horas? – pregunto desde la cabina que contacta directamente con el jet privado que pilotea Danvers.

— Estaremos ahí en aproximadamente dos horas. – contesta.

— Los estamos esperando. Nos vemos pronto Danvers. – finalizo.

James está apoyado en uno de los controles. Sabemos que el gobierno puede estarles respirando en la nuca, pero no podían seguir en Madripoor. Loki sabe como entrar, conoce cada rincón. Pero no conoce mi mente, mis influencias, ni mucho menos lo que soy capaz de hacer. Y la gente que me traiciona, las paga.

— Sabes que cuando lleguen comenzará todo ¿Verdad? – lo veo acercarse y acariciarme el hombro.

— Lo sé... Lo sabemos... Es por eso que decidimos que Emma viajaría a Inglaterra con mi tíos.

— Daría lo que sea porque te hubieses ido con ella. – deja un beso en mi frente.

— Podría decir exactamente lo mismo...

Un mensaje nos desconcentra. Mi celular vuelve a vibrar y lo desbloqueo para leer el mensaje.

Número desconocido

Los objetivos se encuentran en el lugar. Está todo listo Maggie. Espero tu respuesta.

Maggie

El equipo llega en dos horas. Iré por el último de los integrantes. No dejes que los objetivos salgan del lugar.

Número desconocido

Copiado. Nos vemos en unas horas.

— ¿Estás segura de lo que vas a hacer?

— No, no lo estoy... La última vez que lo hice no estaba pensando.

Me agarra del brazo y me atrae a su cuerpo. Sus manos comienzan a frotar mis hombros para relajarme y luego de mirarme, deja un casto beso en mis labios.

— Te amo. – me susurra y sonrío como una niña pequeña. – Te amo así. Loca, precipitada, vengativa y sexy. – vuelve a besarme.

— Yo también te amo. Te amo así, supersoldado, viejo y gruñón.

Los deja vú vuelven a mí y no puedo evitar sentirme triste. En mi mente rueda una y otra vez la idea de que no siempre me puede salir todo bien. Que esta vez no puedo tener tanta suerte. 

— Hey ¿Qué pasa Devushka? – me pregunta cuando bajo el rostro por la preocupación que surge en mi pecho.

— ¿Y si no salimos de esta? No quiero que nuestra hija crezca como crecí yo...

— Margaret... – me pega a su cuerpo antes de que siquiera pueda llorar. – Eso no va a pasar...

— No lo sé... Quizás por eso junté a una familia en la que puedo confiar. Para que el día de mañana si no estoy, alguien pueda cuidar de Emma como yo lo haría.

— Hiciste bien mi amor, pero no será necesario. Emma nos tendrá a los dos y le daremos tanto amor que ya ni siquiera querrá tenernos cerca.

— Promételo. Pero esta vez no rompas tu promesa. Prométeme que no vas a romper esta promesa...

Heridas de guerra | Bucky Barnes Where stories live. Discover now