ADDICIÓN

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Cualquier tipo de adicción lleva a la ruina... No era nada... Ni siquiera estaba enterada... Aunque quiera escapar... No podré hacerlo... La droga soy yo...

Era una adorable madrugada, hasta que el zumbido del teléfono comenzó a interrumpir el largo sueño. Mientras escuchaba, con pereza y gimiendo, levantó su cabeza de su cómoda almohada para mirar la hora, siendo las 4:39 am.

Sin hacer caso volvió a acomodar su cabeza en la almohada, ignorando el sonido, pero el zumbido de su celular era insistente.

- ¿Quién será ahora?... – Su voz adormilada se expandía a travez de la recamara mientras con pereza y habilidad pasaba el pulgar para ignorar la llamada, no había forma humanamente posible de que quien sea quien fuere lo fuera a escuchar a las 4:00 de la mañana. - ¿Bueno?... – Con voz soñolienta llamo.

- Hey doll face (Oye cara de muñeca) – una voz que conocía a la perfección le hizo gruñir por lo bajo - Do you know how many times I have called you? I don't like being ignored. (¿Sabes cuantas veces te he llamado? No me gusta que me ignoren.)

- ¿Qué quieres... Allen?- Resoplando preguntó con pereza, después de todo, probablemente no era importante a menos que fuera trabajo.

Si, (TP) parecía ser aquella amiga que siempre lo sacaba de problemas, Estados Unidos desde el otro lado de la línea parecía impaciente. (TP) giro en su cama, en realidad solo quería dormir en ese momento y esperaba que todo fuera un sueño. Sin embargo se quedo mirando el techo mientras escuchaba a Allen murmurar en voz baja frases en ingles lentas, arrastradas y entrecortadas que mezclaba con el español aquí y allá.

- ...China is declaring war on us... (... China nos esta declarando la guerra...)

- ¿China?...

- ... China is declaring war on us... (Si, ¿vas a venir a ayudarme?)

- Ya voy... ya voy... - Con voz aún soñolienta y con pereza se levanto de la cama.

Tardando en vestirse, para dirigirse a ayudar a su amigo, pues el problema parecía ser que también la incluía a ella...

... Hace años que las cosas habían quedado dichas, los dados del destino habían sido lanzados, nadie podría preveer que aquel pequeño encuentro se llevaría hasta tal punto.


Wang Zao (王棗), era un adicto a la adrenalina, siempre en busca de la siguiente dosis y persiguiendo el peligro dondequiera que fuera, solo con la esperanza de sentirse vivo por dentro.

Parecía un muerto en vida, buscando aquella sensación que pudiera llenar el vacío que tenía dentro de si, pues al haber terminado de criar a sus hermanos no había nada más para él. El enriquecimiento y la búsqueda del poder no era más que un pretexto para no dejarse vencer por el aburrimiento.

China, veía más allá de las cosas que podría realizar y siempre buscaba el método más peligroso e interesante para poder sentir la adrenalina, el dulce aroma embriagante del control, y el delirante sabor de aquello que lo hacía sentirse vivo por lo menos un momento más dentro de aquel mundo de sueños vacíos y rotos.

Independientemente de las heridas y el dolor que aquello le producía, era lo que necesitaba para hacerlo sentir más despierto. Sin detenerse pensar en las consecuencias que eso le podría provocar y sin sentir remordimiento por el dolor que infligía a los demás, ni pena por el rastro de corazones rotos y ensangrentados que han quedado atrás durante cada uno de sus pasos...

YANDERE BOY'SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora