YANDERE BOY'S

MI MUÑEQUITA

"She is so beautiful and beautiful ... I love her ... He must not have her ... He doesn't know how to treat a doll ... She is so sweet ... She must be mine ... And I will get her ..."

("Es tan bella y hermosa... La quiero... Él no debe tenerla... No sabe cómo tratar a una muñeca... Es tan dulce... Debe ser mía... Y la conseguiré...")

Veneno. Eso había usado. Había veneno en su bebida. ¿Cuántos habían caído ya? Él era el último de una larga lista de víctimas.

Su sonrisa risueña, mientras sus ojos tenían sus pupilas dilatadas, avanzaba por el gran pasillo, mientras se acomodaba su moño color azul pastel, con una mano mientras que con la otra llevaba aquella charola de comida.

Él estaba dispuesto a matar a cualquiera que siquiera pensara en intervenir y en esta ocasión, la última víctima había sido, su propio hermano menor. Pero, ¿Cómo era posible que aquel amigable amante de los dulces fuera un país tan lleno de maldad?

Oliver Kirkland, era un amante de los dulces, le encantaban hacer variedad de postres y sus comidas eran deliciosas, era un haz de la magia, no obstante, tras esa amabilidad y alegría andante había oculta una cara oscura, de la que todos estaban enterados, por lo cual eran bastante cuidadosos con él. No obstante, sabía engañar muy bien, y aquello le había permitido llevar a cabo lo que había planeado hace varios años, a causa del deseo y envidia.

Todo había comenzado, años atrás...

Las cosas no habían salido nada bien, desde la última vez que se habían visto, había una enorme tensión y todos podían notarlo. Inglaterra y España peleaban otra vez.

Ambos estaban bastante molestos, porque sus pequeñas adquisiciones se hubieran independizado, España había ayudado a Estados Unidos, mientras que Inglaterra había ayudado a (TP), como una pequeña venganza, solo que aquello estaba lejos de terminar...

(TP) era un país sin lugar a dudas muy hermoso, él más hermoso que sus ojos habían visto en aquella reunión de presentación, la primera de todas las reuniones donde se presentarían a los nuevos hermanos de algunas naciones.

En aquella reunión, se encontraban, Francia, España, Portugal e Inglaterra. Inglaterra, Francia y Portugal, se hallaban presentado felizmente a sus hermanos, Inglaterra era el más feliz, hasta que llego España.

España llego entrando por la puerta seguido por Romano, quien venía con varios niños tras él. Todos los demás países se quedaron viendo a aquella tropa que ingresaba a las instalaciones. España sin decirlo, al ver a los otros sonrió.

- ¿De dónde los sacaste? – Preguntaron Inglaterra y Francia, con un mal español. España sonrió, ante esa pregunta.

- Son mis hermanos – dijo engreído. – Yo no tuve que aniquilar a todos para obtenerlos.

Expresó España mientras pasaba cerca de ellos, en especial de Inglaterra, quien se volteó para verlo mientras avanzaba.

En aquella reunión habían puesto el apodo a España del "Conquistador", pues había logrado obtener el control de la mayoría de las naciones del nuevo Mundo. Inglaterra se encontraba irritado, mientras observaba detenidamente a España con rencor y odio. Después de un rato de observarlo, detenidamente, se comenzó acercar a él, estaba dispuesto a envenenar un poco de la comida, pero antes de llegar tropezó con una pequeña, quien cayo hacía atrás tirando algunos churros que llevaba en la mano.