PRISIÓN SILENCIOSA

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"¿Cuánto tengo que esperar? ... Mi libertad me fue arrebatada... Pero.... Todo es tranquilo... Nadie ha querido invadirme desde aquella vez... ¡No!... ¡Yo quiero mi libertad! ...."

En círculos ella caminaba en la gran sala de aquella solitaria casa, recorrer la misma línea una y otra vez, como bestia enjaulada, en un solo lugar. Sí, eso era ella un alma que había sido libre e indomable, había terminado como un león enjaulado y apresado, sometido, siendo una mascota de aquel bárbaro.

Se acercó a la ventana, con mirada anhelante miraba hacia el exterior. El cielo azul marino obscuro, con las estrellas en el firmamento, que se vieron ennegrecidas por nubes de tormenta, el viento que rugía cual bestia salvaje, le recordaron aquel día...

Antes ella había sido una nación libre sin opresión, autónoma, solo ella. La nueva nación que había salido en el nuevo mundo, la antigua civilización de (TP).

Una niña con mucho entusiasmo y energía, que adoraba conocer nuevos, lugares y nuevas tierras, dando la bienvenida a cuantos viajeros pasaran por su territorio. Fuerte, independiente, de ojos color cobre, con piel tostada como la arena dorada, y sus cabellos cafés color caoba que brillaban al recibir los rayos del sol.

Con el paso del tiempo se fue convirtiendo en una mujer, su nación comenzaba a prosperar rápidamente, su pueblo era uno de tantos del nuevo mundo que tenían cosas que los del viejo mundo deseaban y anhelaban, claro que, si no podían tener algún acuerdo, tomarían las cosas por la fuerza.

(TP) estaba consciente de los nombres de las civilizaciones que se encontraban al lado del mar, y se encontraba enterada de lo que les había pasado a varios de sus amigos que habían sido conquistados. Ella había visto de lo que las otras civilizaciones eran capaces, aquellas que se decían naciones.

Cuando la primera nación del nuevo mundo cayo conquistada, (TP) decidió evitar el contacto con extraños, con los de piel blanca y ojos azules o verdes. Inteligentemente se había estado ocultando, escondiéndose cuando hacían expediciones, y no dejando que ningún aventurero descubriera donde se escondía su pueblo. Sin embargo, no duraría mucho, en libertad. Ya que nunca contemplo que la civilización que consideraban la más bárbara de todas del antiguo mundo estuviera tras ella.

Ese día, la tormenta más grande en una década había barrido el pequeño pueblo que había albergado a sus habitantes durante uno o dos siglos. Todas las personas estaban escondidas dentro, perfectamente disponibles para la matanza. Hicieron su movimiento.

Los golpes que sonaban en las puertas de las chozas, sonaban urgentes. Como si alguien hubiera sido atrapado por el viento, la lluvia y el trueno que se extendía más allá de las gruesas ventanas cubiertas por una gruesa capa de heno. Una por una, las amables familias que vivían dentro, abrieron sus puertas, y se encontraron con ellos... Con los vikingos, enfrente de sus puertas. Armas en mano y hachas de batalla listas, el pueblo no tuvo oportunidad.

Todo era un desastre, la muerte abundaba en cada rincón, los llantos de la gente se extendían por todo el territorio. Los cadáveres de ambos bandos se encontraban regados por aquí y por allá, en lo ancho y extenso de las calles empedradas de la ciudad sagrada. Hombres mujeres y niños, sometidos. Asesinaron a los hombres y guerreros, a las mujeres y niños las secuestraban, robaban los bienes que con arduo trabajo tenían y ofrecían a sus dioses.

¿Quién hubiera anticipado que en un solo momento todo iba a cambiar? Todo lo que había sido su pueblo, fue abordada por una horda de brutos para destrozar todo lo que alguna vez había conocido. Pero claramente se habían topado con una pared. A pesar de todo, (TP) luchaba con brío y furia, defendiendo lo que era su territorio, peleaba bajo la lluvia torrencial, escuchando los gritos de su pueblo, de sus amigos y vecinos llevados por los vientos que aullaban. Ella no sería tomada por esos seres, ella podía ver la frialdad con la que hacían tales actos, sin embargo, para (TP) no eran diferentes de los demás brutos que habían ido por sus hermanos.

YANDERE BOY'SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora