FRAGIL MARIPOSA

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¿Enserio creías que era solo tu amigo?... ¿Fui tan tonta como para caer en sus mentiras?... o ¿es verdad que dice que no quiere que ninguna araña me atrape en su red?... pues tan solo soy una pequeña y frágil mariposa...

Alois Trancy, el conde más extravagante que el mundo haya podido ver, que siempre tenía a su lado a ese fiel mayordomo frío y calculador que no mostraba los mismos encantos que su rival.

Apenas venía la esperada primavera golpeando todo el continente de Londres, el invierno llegaba a su fin, por fin el crudo invierno se retiraba a descansar en otro país, el calor matinal inundaba las calles de Londres, y una joven moza salía a las calles para pedir trabajo.

(TN), una chica vivaz y jovial, que, a pesar de tener buena salud, era algo frágil de espíritu, aunque ella no lo sabía.

Como siempre una y otra vez, (TN) andaba recorriendo las calles de Londres con tal de encontrar trabajo para obtener algo de dinero para poder atender a su pobre madre que yacía en cama enferma arrastrándose lentamente hacia las puertas de la muerte, creyendo que así la alejaría de aquel destino que la aguardaba, pero como si eso estuviera destinado a pasar se encontró con aquel conde.

Alois había decidido salir de su mansión, obviamente acompañado de su gran mayordomo, recorría las calles buscando algo en particular, las tiendas que visitaba parecían hacer que se disgustara.

- Pero Conde Trancy, nosotros no tenemos eso que pide – decía el tendero con el tono más calmado y prudente que podía tener.

- Claude... ya hemos visitado más de cien tiendas y ninguna tiene lo que busco – decía el conde con un tono irritable y chillón hacia su mayordomo quien solamente bajo su mirada para verlo.

- Enserio lo siento conde... - dijo el tendero.

Cuando Alois se dio media vuelta para responderle al tendero, a medio camino logro vislumbrar la figura de una chica que pasaba enfrente del cristal de aquella tienda, una chica que se movía con la misma gracia de una mariposa a pesar de ser solo una plebeya, y que, con ese vestido azul turquesa, resaltaba la fineza de su figura.

- ¡La encontré! – grito pegando de saltos – ¡Claude ahí está lo que busco no dejes que se vaya!

- Yes your Highness – dijo arrodillado su mayordomo.

La chica seguía caminando mirando un papel en su mano, donde tenía varios lugares ordenados en una lista, de la cual muchos de ellos estaban ya tachados, sin darse cuenta de pronto choco contra alguien haciendo que se cayera hacia atrás.

- Lo siento – contesto y rápidamente se paró dando una reverencia a modo de disculpa.

- No perdóneme a mi usted – contesto la voz de un elegante caballero, que al igual que ella hacia una reverencia. – Esto es suyo – extendió su mano enguantada mientras le daba a (TN) su lista.

- Muchas gracias – dijo mientras tomaba la lista en sus manos y volteaba hacia arriba para mirar la cara del hombre que estaba enfrente.

- No hay porque agradecer señorita – contesto él – usted me disculpara por mi intromisión pero ¿Por qué ha tachado en esa lista aquellos lugares?

- Oh... yo... - balbuceo (TN) ya que a pesar de todo no quería comentar sus problemas y menos con un extraño ya que cualquiera se podría aprovechar de su situación. – Es que... ando en busca de trabajo para poder pagar las medicinas de mi madre – logro contestar al fin, ya que a pesar de todo aquel hombre fue muy amable.

- Oh ya veo – contesto aquel hombre – pues si es así creó que ha sido una fortuna el habernos encontrado, mi nombre es Sebastian, Sebastian Michaelis y soy el mayordomo que sirve en la casa de los Phantomhive – hizo una pequeña reverencia al presentarse – y andamos en busca de personal para la mansión.

YANDERE BOY'SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora