AMANTE HOMICIDA

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"Cuando te perdí... Jamás creí volver a verte... Te amaba tanto... no volveré a perderte... Te cuidare... Así tenga que encerrarte..."

Las calles eran frías y oscuras, y el ambiente lluvioso, no ayudaba mucho, pero, era un gran día el que había llevado.

No estaba segura, de que aquella noche, todo mi mundo iba a cambiar, por el aquel último momento de felicidad y libertinaje que había tenido en mi vida, de haberlo sabido, desde un inicio hubiera sido más cuidadosa...

Desde que había ingresado a la preparatoria, llevaba yo una vida agitada, era la más popular del lugar y siempre era invitada a fiestas y salidas, por parte de mis amigos. Tomaba desde temprana edad y ni que decir de los muchachos, siempre que podía coqueteaba cuantos se me pusieran al frente, y siempre terminaba besuqueándome con el primero que aceptase ser mi cita por esa noche o día. Y a pesar de ello, aún mantenía resguardado mi virginidad para dársela al chico que fuera mi pareja para toda la vida, pues no quería entregarme a cualquiera.

Pero, aún ese chico no había llegado, mi vida a partir de ese momento fueron excesos, y libertinaje. Faltaba a clases demasiado seguido, y siempre me pasaba yéndome de pinta, saliendo a antros y lugares de moda en la ciudad.

Mis padres, no les importaba mucho lo que hiciera, mientras mis problemas no les envolvieran a ellos o se armara un escándalo demasiado grande, no les preocupaba. Para mí era mejor así, no tenía que lidiar con sus cantaletas y regaños, y tampoco tenía que estarme preocupando por dar explicaciones.

Así era mi vida, sin restricciones y sin preocupaciones, me daba igual, no me importaba el futuro, aún no debía preocuparme, ni siquiera tenía que gastar mi tiempo trabajando. Tenía todo lo que quería y necesitaba. Todo para mi sola, siendo hija única de familia. Y a mi mejor amigo de todos un hermoso perro negro que me acompañaba a donde fuera.

Así era mi vida, hasta que llegue a la universidad, y durante mis dos primeros años, eran fiestas y desvelos. Cada viernes era irme a beber y bailar hasta el amanecer; me preocupaba más como me veían mis amigos, que como me veía la sociedad. Inclusive mis calificaciones eran lo de menos, aunque curiosamente, me era muy fácil conseguir que mis compañeros hicieran lo que yo quería y necesitaba, muchos de los chicos listos de la clase me hacían mis trabajos y tareas, con tal de salir conmigo o ganarse mi atención.

Siempre les daba algo a cambio, no me gustaba ser alguien que obtuviera y no diera, era simplemente una transacción, yo gano algo y ellos ganan algo. Muchos eran horribles, algunos eran un dos, tres, pero otros estaban de buen ver, y varios no eran guapos, pero eran muy lindos y me agradaban.

Me era difícil mantenerme regía en mi regla, había tantos por escoger que me era difícil resistirme. Y aquella noche, firmaría mi condena...

Era una noche de fin de semestre, lo cual había ido a celebrar, había tenido éxito en todas las materias que había tomado, mis buenas notas a pesar de todo eran de admirar, gracias a mis apoyos era la mejor de la clase. Era el paquete completo, nadie lo sabía, pero todo lo que me hacían lo estudiaba para poder hacer mi parte también, odiaba que se me considera una tramposa por completo, era astuta e inteligente solo no quería perder el tiempo haciendo tareas y trabajos inútiles.

Estábamos en un bar, brindando con mis amigos, mientras todos decían lo que harían en vacaciones, yo ya sabía que me iría lo más pronto posible, a buscar al que sería mi galán, a ese hombre que por fin pudiera amar y darle todo. Quería lo mejor e iba a obtenerlo, un extranjero sería lo que más me envidiarían y tal vez sería lo que necesitaba.

Mientras todo celebraban, y brindaban, yo fui por más tragos. Me acerqué a la barra del bar, mientras esperaba a que me atendieran, comencé con mis ojos a recorrer de un lado al otro el bar, mientras buscaba algún prospecto para mi noche, para divertirme un rato, antes de salir.

YANDERE BOY'SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora