10

2K 148 6
                                    

—Yo solo quiero una hamburguesa —Empezó a bromear con aquella mujer quien aún estaba entre sus brazos.

— ¿Quien querría una hamburguesa? —Preguntó así misma riéndose con lo estúpido que podría llegar a ser.

— No lo sé —Sonrió —Yo solo la quiero... —Estaba pensando en ella, mordiendo sus labios al recordar las palabras que le había dicho su padre.

Estaba tan emocionando que podía imaginar quitando esa corta falda con sus propios dientes. La mujer se había dando cuenta que no se refería a una hamburguesa.

Se acercó más a su abdomen besando su cuello, acercándose a sus labios para besarlos y dejar ese labial rojo que tanto la caracterizaba.

Lamió sus labios limpiando así los labios del contrario para hacerle saber que había embarrado sus labios.

— ¿Que tan rica está esa hamburguesa? —El se había dado cuenta que ella había entendido esa referencia, haciendo que siguiera la corriente.

— Es exquisita... tiene el pan perfectamente horneado —La miró por unos segundos haciendo que ella sonriera —Arriba y también abajo. Tiene lo de adentro extremadamente comible, los bordes de su estructura y la manera en la que camina, con esa falda y lo jodidamente sexy que se ve cuando sube por encima de sus piernas.

El había caído en un profundo pensamiento donde se había delatado el mismo. A Loren no le importó que se expresara de otra mujer así. La verdad estaba acostumbrada a tener sexo con hombres como el.

— ¿Te gustaría compartir esa hamburguesa conmigo? ¿Te gustaría comerte dos al mismo tiempo?

Han sonrió, moviendo su lengua desde el interior de su mejilla. A Han le encantaba lo sucio que podría llegar a jugar Jissele.

— Lo siento cariño —Sonrió —Yo no comparto mi comida con alguien más.

Ellos reían por lo estúpido que se escuchaban dirigiéndose como comida a una chica. Los dos sabían que se trataba de alguien extremadamente sexy para poner a Han de ese modo.

Lo sabía ella y lo sabía su padre.

Se levantó de ahí para irse a duchar, dejándola a ella sola sintiendo como sus pasos seguían los de el.

El sabía que se iría lo cual no haría nada para detenerla, quería estar un poco solo. Relajado, simplemente quería dormir en paz.

En cuanto sonó la puerta le había puesto seguro dirigiéndose a su habitación, tomando la toalla e irse. Abrió el grifo con el agua caliente metiendo se en la ducha empañando las puertas de vidrio que estaba siendo cerrada por el pelo negro.

El sonido de la ducha se ocupó de distraer su mente de todos los problemas que atormentaban su día a día.

El simple golpe continuó de las gotas caer sobre la cerámica le hizo relajar cada músculo de su cuerpo, sacándole un suspiro mientras pasaba sus manos por su pecho mojado, subiendo hasta el cuello y terminando por masajear su nuca y luego por su cabello humedecido.

Ambas manos taparon su rostro para luego echar su cabello hacia atrás, la serenidad que le causaba el simple sonido de la lluvia proveniente de la ducha era simplemente magnífico.

Empezó a recordar esas fotos que su amigo había tomado y recodar las piernas que tenía aquella menor era algo que lograba ponerlo duro con tan solo imaginársela con las piernas bien abiertas.

Le molestaba el hecho de que aquel chico tuviera la oportunidad de poder tener todo ese cuerpo que se cargaba aquella chica. Era increíble las ganas que tenia de cogerla una y otra vez por todo el departamento.

¿Como mierda puede ponerme así?
Pensó molesto. El agua caliente chocó contra su rostro, haciéndole cerrar los ojos por obligación.

Bajó su mano derecha por su abdomen, apoyando su espalda contra la pared de cerámica.

Soltó un suspiro al rodear con su mano su miembro, empezando a mover de arriba hacia abajo, en movimientos lentos y tortuosos. Cerrando sus ojos y dejando que su imaginación fluya por sí sola.

Le hacía incómodo y molesto ver y no tocar. El sabía que esa chica lo iba a volver loco en cualquier momento y ese día llegaría si todos sus límites desaparecieran en cuanto la viera una vez más.

Imaginar a la chica de rodillas, verla en su mente como una total sumisa ante su tacto era uno de sus sueños húmedos favoritos.

Quería poder tocar esa piel pálida, verla sin una sola prenda encima. Escuchar como gemía en su oído mientras el se encargaba de cogerla a su antojo, tomándola como un animal salvaje y hambriento por el sabor de su sudor.

— Mierda —Soltó un gruñido reprimido anteriormente.

Los movimientos de su muñeca eran cada vez más rápidos, mientras su mano desocupada acariciaba su abdomen, imaginando a la menor pasar sus manos por su piel tal y como él lo haría.

Podía recrear su voz en su cabeza, una voz que nunca había escuchado, podía escucharla pronunciar su nombre de una manera tan inocente.

Su mano se detuvo en la punta de su hombría, cerrando su mano alrededor de la cabeza de su pene para poder empezar a acariciarse de forma circular.

Echando su cabeza hacia atrás, soltando varios gemidos roncos y quejidos por la sensación que le daba su propia mano.

Sus abdominales se tensaron por completo, su mano no se detuvo pero en cuanto soltó un gruñido animal que provino desde el fondo de su garganta, supo que ya había eyaculado.

El agua se encargó de eliminar cualquier tipo de evidencia y solo las paredes de aquel baño fueron testigos de lo que acababa de pasar.

DIRTY┃HAN JISUNG. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora