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— Felix Lee —Empezó a ponerle varios papeles en la mesa mientras que el se fumaba un cigarrillo — Pareja de la chica desde hace dos años. Le quitó la virginidad y es el único hombre con el que ha estado hasta ahora.

Han solo aventaba la pelota verde a la pared viendo como volvía a su mano. Así lo hacía mientras el le decía cosas que lamentablemente no quería oír, pero necesitaba hacerlo para poder saber con quien se estaba metiendo.

— Felix ha estado con ella en las buenas y en las malas, ella no tiene amigas así que se deja influenciar de el pensando que se irá de su vida si le dice que no. Es imposible poder separarlos.

— ¿Me estás diciendo que debo meterle una psicología inversa a esa mocosa? Mierda no pensé que poder meterme en sus piernas sería difícil.

— Si solo te quisieras acostar con ella no estarías haciéndome perder mi tiempo en mierdas como estas —Hablaba su padre mientras entraba a la oficina —Gracias Karl, puedes irte.

— Aun no he terminado —Le dijo Han encendiendo su cigarrillo sabiendo que no se permitía fumar ahí.

— Yo si —Le quitó el cigarrillo de su boca rompiéndolo y metiéndolo en el basurero —Así que baja tus pies de mi maldito escritorio y vámonos.

— ¿A donde?

— Es una sorpresa.

Han lo había visto como si todas las imágenes asquerosas invadieran su mente, como si se tratara de algo inesperado. Estaba confundido.

— ¿Sorpresa?

Entonces ahí fue donde se imaginó el cuerpo de la menor en una cama, en una sola posición esperando que le quitara esos rastros de lujuria que invadía sus ojos. Era excitante.

— Espérame solo unos minutos.

El sabía que irían al bar pero no estaba seguro si la iba a volver a ver luego del escándalo que había hecho esa noche.

Después de un largo rato conduciendo habían llegado al lugar donde sabían donde se sentiría la tensión entre toda la gente que estaba ahí. A pesar de las drogas y el alcohol, era un club donde mucha gente importante iba, como si fuera especialmente hecho para ellos.

Entraron al lugar mientras que Han estaba ansioso por saber la sorpresa que le tenía su padre. Empezó a creer que no era ella, que solo era un tonto chantaje para que saliera de ahí.

— ¿Y bien? —Preguntó Han sentado en un lugar más cerrado esta vez, con un enorme sofá donde habían muchas mujeres sentadas en distintas piernas.

— Han si de verdad quieres hablar con ella debes arriesgarte a que te aviente la bandeja de bebidas en la cara.

El suspiró sin tomar lo que había dicho su padre como un chiste, tomó uno de los vasos de cristal que había ahí y servirse de la botella de whisky que acababan de servir.

En las horas que había estado ahí no la había visto, el pensamiento de que la habían despedido por el escándalo que el había hecho lo hacía sentir algo culpable.

Y después de tantas horas ahí sentado la vio, vio como se quitaba su abrigo para entrar rápidamente al vestuario, sintiendo como se subía la curiosidad del por qué ya no estaba de mesera.

— ¿Por qué ella esta allá y no aquí? —Preguntó el sin quitarle la mirada de encima, mirando como preparaba las bebidas que les pedían los señores.

— Ah —Suspiró — Había olvidado comentarte ese detalle, Minho la puso en la barra porque sabía que era un gran problema ponerla de mesera.

— Es mejor así —Lamió sus labios mirando como le sonreía a los clientes sintiendo en aura tan pacifica que le brindaba — Aún no entiendo por qué una chica como ella trabajaría en un lugar como este.

— Atención Han —Lo dijo con dureza —Las chicas como ella le gusta que la miren pero no les gusta que la toquen viejos verdes como aquel de la última vez...

Han resopló.

— Es imposible que quiera atención —Giró un poco la cabeza para poder encontrar algunas fallas en su belleza, o para mirar más allá de su rostro y poder integrar adivinar lo que está pensando.

— Lo sabrás si hablas con ella.

— ¿Cual es tu obsesión de que hable con ella? —Rió mientras lo miraba.

— Porque ya no quiero seguir contratando gente para que siga a a una colegiala... pueden usar toda esa mierda en mi contra por tu culpa.

Muchas preguntas invadieron su cabeza pero las ganas de levantarse de ahí y dirigirse hacia donde ella estaba era algo que no podía evitar.

¿Debería ir ahora? ¿Debería ir después? ¿Debería aprovechar que estaba justo ahí o invitarla a salir más tarde?

Estaba indeciso.

DIRTY┃HAN JISUNG. Where stories live. Discover now